El discurso que pronunció el Papa Francisco en el parque Las Malocas, en Villavicencio, fue un claro espaldarazo a la implementación del Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno y las Farc. En este análisis, se resaltan las frases más significativas que dijo el Papa durante su encuentro con las víctimas del conflicto armado colombiano.
Por Esteban Tavera y Elizabeth Otálvaro
Fotografía: María Paula Durán para El Centro Nacional de Memoria Histórica
Desde que se anunció la venida del Papa a Colombia, el 10 de marzo del año en curso, el proceso de paz, recién firmado por el Gobierno colombiano y las Farc, volvió a ser manzana de la discordia en la opinión pública. Algunos se rehusaban a pensar que la visita papal tendría tintes políticos y serviría para legitimar el proyecto político de paz liderado por el presidente Juan Manuel Santos. Sin embargo, en la agenda del Papa Francisco la paz fue primordial y, a la luz de la implementación del proceso de negociación, puede interpretarse que el discurso ofrecido en la ciudad de Villavicencio fue un claro espaldarazo al proceso de justicia transicional que apenas comienza en el país.
El 8 de septiembre se dieron cita en el Parque Las Malocas, de Villavicencio, alrededor de 7.000 personas dispuestas a escuchar las palabras del líder católico y a presenciar su encuentro con cuatro representantes del conflicto colombiano.
Las voces que fueron seleccionadas corresponden a los actores del conflicto que nos hemos acostumbrado a contraponer: víctimas y victimarios. Deisy Sánchez, una mujer reclutada por las Autodefensas, habló de lo que significó un proceso ya culminado de desmovilización; Juan Carlos Murcia, exguerrillero de las Farc, encarnó la esperanza por la reincorporación a la vida civil; por su parte Luz Dary Landázury, víctima de una mina antipersonal y proveniente del municipio de Tumaco, Nariño, contó su experiencia de vida y superación y, finalmente, habló Pastora Mira García, quien en el municipio de San Carlos, Antioquia, fue víctima en varias ocasiones y, además, desde el año 2004 se dedicó a trabajar con familias de la desaparición forzada y el desplazamiento, sembrando un mensaje de reconciliación y perdón.
En la jornada, algunos grupos de víctimas no pudieron cumplir su deseo de dirigirse directamente al Papa y contarle su propia historia, es el caso de las víctimas de Bojayá. Pese a esto y al igual que los miles de personas que sintonizaron el discurso, quizá el más esperado de la visita, escucharon en la voz del Papa –y varias veces– las palabras verdad, justicia y reparación, los ejes del acuerdo sobre víctimas que firmaron el Gobierno Nacional y las Farc. Ese énfasis no es gratuito. No puede olvidarse que el tema de la justicia transicional fue el más polémico de los abordados en la negociación de La Habana, Cuba, y el que más críticas despertó por parte del expresidente Álvaro Uribe, principal opositor a los acuerdos.
Sin embargo, el mensaje que quiso dejarle el Papa tanto a las víctimas como a los excombatientes que hablaron junto a él en el evento, fue el de la reconciliación. “La violencia engendra más violencia, el odio más odio, y la muerte más muerte. Tenemos que romper esa cadena que se presenta como ineludible, y eso solo es posible con el perdón y la reconciliación”, dijo refiriéndose al testimonio de Pastora Mira.
En su discurso, quedó claro que puede conseguirse la paz luego de un proceso moral en el que las víctimas perdonan el daño que recibieron y los victimarios muestran arrepentimiento por el sufrimiento que causaron. El lado político de su reflexión sugiere que la reconciliación solo es posible si se logra un equilibrio entre la verdad y la justicia.
Justamente eso es lo que promete la justicia transicional tal y como fue planteada por el Acuerdo de La Habana. Lo que se dice en el Acuerdo es que habrá tratos privilegiados para los exguerrilleros que se sometan al Tribunal de Paz a cambio de que las víctimas conozcan la verdad de lo que sucedió durante el conflicto.
Así mismo, el Acuerdo de Paz promete que quienes sufrieron daños materiales o morales en medio del conflicto, tendrán una reparación. Esa es también una de las ideas que defendió el Papa en su discurso.
En su visita a Colombia, el Papa Francisco demostró de nuevo que más que un líder espiritual es un líder político. Con el discurso en Villavicencio dejó claro que uno de sus principales objetivos era darle un aire nuevo al proceso de implementación del acuerdo de paz y volver la mirada hacia el proceso de negociación con el Eln. Este nuevo impulso para el tema de la paz resulta determinante en este contexto de definición de candidaturas para las elecciones presidenciales del próximo año, comicios que podrían volver a enfrentar dos posturas: quienes están con el acuerdo de paz y quienes no.