El pasado 15 de agosto la Corporación Jurídica Libertad socializó los resultados de la consulta ciudadana: “Memoria, modalidades de control, militarización y resistencia de la comuna 13”, en la que participaron 36 personas de 13 organizaciones sociales diferentes. Este ejercicio representa un avance en la construcción de una propuesta de memoria colectiva para el territorio, que recoge más de 15 ideas de mujeres víctimas, investigadores y jóvenes.
Por Natalia Maya
La implementación del Acuerdo de Paz entre el Gobierno nacional y las Farc y, concretamente, la puesta en marcha de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, motivó a la Corporación Jurídica Libertad a consultarles a distintos sectores de la comuna 13 si les interesaba construir una propuesta de memoria colectiva para el territorio, que les permitiera reflexionar en torno a las implicaciones de dicha Comisión e incidir en ella a través de relatos donde prevalezcan las voces de las víctimas y sus experiencias individuales y colectivas.
Este ejercicio de diálogo se llevó a cabo entre septiembre y diciembre de 2016, y contó con la participación de 36 personas, 20 mujeres y 16 hombres, representantes de 13 organizaciones sociales, entre las que se encuentran el Comité de Impulso de Acciones de Memoria de la comuna 13, Mujeres Caminando por la Verdad, el Grupo Interdisciplinario de Derechos Humanos (GIDH), la Asociación Cristiana de Jóvenes, SonBatá, Coafro, Combos, Asociación de Mujeres de las Independencias, Obra Social Madre Laura, Corporación Región, Viva la Ciudadanía y la Universidad de Antioquia.
Luz Amparo Sánchez, antropóloga e investigadora de la Corporación Región, fue la encargada de coordinar la consulta ciudadana. De acuerdo con ella, este ejercicio participativo era necesario y valioso porque, “pese a que muchos se cuestionaban por la pertinencia de hacer un ejercicio más de memoria en la comuna 13 -con todo lo que ya se ha hecho-, nos encontramos con que efectivamente había múltiples memorias, pero que no estaban articuladas sino fragmentadas, y que era imperioso ponerlas a dialogar e insistir en la construcción de memoria colectiva para el territorio y avanzar con ello en una agenda de investigación y de intervención de memoria, que particularice los contextos y que comprenda lo que ocurrió, reconociendo la geografía del sufrimiento y la injusticia en cada rincón de la comuna e identificando todos los lugares significativos para diseñar una ruta de memoria más incluyente”.
Luz Amparo Sánchez fue la encargada de coordinar la consulta ciudadana en la Comuna 13. El pasado 15 de agosto presentó los resultados en la Museo Casa de la Memoria.
A estas razones expuestas por Sánchez, se suma el hecho evidente de que los procesos de urbanización y construcción de infraestructura en la comuna 13 están borrando lugares y territorios que son considerados “los guardianes de la memoria individual y colectiva” y que son claves para la investigación, el reconocimiento de las víctimas y el hallazgo de los desaparecidos. En el escenario de diálogo que propició la consulta, se preguntaron qué iba a pasar con estos lugares de memoria y surgieron muchas propuestas de acción para protegerlos.
Resultados de la consulta ciudadana
Uno de los hallazgos más importantes de esta consulta ciudadana es que sus participantes se atrevieron a determinar la existencia de tres tipos de memoria en la comuna 13:
La primera es la memoria de las estrategias militares y paramilitares de control que se han ejercido en el territorio (desde 1990 hasta hoy). El énfasis de esta memoria está puesto en reclamar verdad y en no olvidar a las víctimas de las operaciones militares: personas desaparecidas, líderes, artistas y jóvenes asesinados.
La segunda es la memoria de memorias, que incluye también la de los hechos victimizantes, pero fija su punto de partida en el poblamiento de los barrios a partir de la invasión de 1979. Esta es una memoria viva, de construcción y de solidaridad, en la que las mujeres son identificadas como protagonistas, y en la que insistieron especialmente los investigadores que fueron consultados.
La tercera y última memoria encontrada es la de la resistencia, compartida por todos los participantes. Esta es una memoria que trasciende la resiliencia y las respuestas individuales y se concentra en el territorio en su conjunto, es decir, reivindica el esfuerzo colectivo de la comuna 13, que es vista como un personaje que sufrió daños por la guerra y que se repuso a ellos. Hace referencia a una resistencia necesaria para transformar el territorio en espacio habitable, resistencia en la que los jóvenes fueron protagonistas.
Otro resultado valioso de la consulta ciudadana son las más de 15 propuestas realizadas por las mujeres víctimas, los investigadores y los jóvenes participantes.
Las mujeres víctimas estaban agrupadas en dos equipos. Las primeras propusieron nutrir la línea de tiempo que han venido construyendo desde hace varios años y plasmarla en placas conmemorativas que sean ubicadas en los lugares en los que ocurrieron los hechos. Asimismo, pretenden erigir un lugar de memoria que recoja las voces de las víctimas y las fechas significativas que no pueden ser olvidadas. El segundo grupo de mujeres propone la construcción de un obelisco con los nombres de las personas desaparecidas y unas vitrinas que den a conocer los hechos victimizantes y también la historia en general de San Javier.
Adicional a esta memoria repetitiva y lineal, las mujeres víctimas en conjunto están pensando en mantener una memoria viva de lo ocurrido, y para ello están planteando la construcción de un centro integral donde haya salones para recordar los hechos de violencia, pero también una escultura que represente la paz, la libertad y la no repetición; y de una casa de memoria en la que haya lugar para las generaciones futuras, con un diseño universal e incluyente.
Los investigadores, por su parte, insistieron en que lo memorable no debe ser solo un lugar, un acontecimiento, un personaje o una fecha, sino un proceso, y en que existen más memorias además de la del dolor. En este sentido, en la comuna 13 hay muchos procesos de memoria que desean visibilizar. Este grupo de académicos lanzaron la propuesta de que La Escombrera se convierta en un lugar público para el recuerdo, la lúdica, la resistencia juvenil y la apropiación ciudadana. También plantearon la creación de un lugar colectivo de memoria ubicado al frente de la estación del Metro de San Javier, la realización de rituales participativos de sanación, la pintura de un gran mural con los nombres de las víctimas y la construcción de una casa museo en memoria de los desaparecidos.
Los grupos de jóvenes que participaron propusieron diferentes actos de rememoración. Un grupo en particular centró su propuesta en la creación de una memoria móvil de los vivos, del presente y de los hechos de esperanza, que consiste en ubicar una galería fotográfica donde se vean los rostros de los vecinos, las casas y los recuerdos de barrio sin detenerse en la violencia y el horror sufridos. Otro grupo plantea la creación de un gran mural con los siguientes momentos: Orión en una escala de grises, desde el blanco hasta el negro; el renacimiento de la comuna, en amarillo, café, azul y naranja; y los logros a partir de la resistencia, en muchos colores vivos.
Una tercera propuesta de los jóvenes, en este caso de población afrocolombiana, es instalar una conmemoración extendida en octubre a partir de la consigna: “En la 13 la violencia no nos vence”, que incluya foros, conversatorios, rituales, expresiones gastronómicas, entre otros actos, para mantener a este mes como el de las acciones masivas, contundentes y de resistencia en la comuna.
Y la cuarta y última propuesta de los jóvenes es erigir la Plaza de la Paz, un lugar con una alta carga simbólica que sea abierto para el encuentro y el recuerdo, y que tenga, entre otras cosas, un gran mural de trapos blancos con nombres, frases y fechas que inviten a la reflexión sobre lo ocurrido y contribuyan a la no repetición.
Según Andrés Arredondo, integrante del Comité de Impulso de Acciones de Memoria de la comuna 13, esta consulta ciudadana de memoria con sus más de 15 propuestas concretas, es un ejercicio participativo muy potente porque se propuso poner a dialogar las múltiples iniciativas individuales de memoria existentes en el territorio, “pero, más allá de eso, porque nos plantea la posibilidad de trascender a un escenario de incidencia pública. Esta consulta es profundamente importante en este momento, no solamente a nivel de diagnóstico, sino también como posibilidad de señalar rumbos pedagógicos y políticos que apunten a la no repetición”.