El Carmen de Viboral lanza su línea de tiempo del conflicto armado

Un grupo de personas caminando por calle principal de El Carmen de Viboral.

Memorias del conflicto armado es la línea de tiempo digital que recoge más de 230 hechos de violencia y resistencia ocurridos en El Carmen de Viboral entre 1982 y 2020.  

Por Emmanuel Zapata Bedoya
Foto de portada: archivo particular

El viernes 8 de agosto, los habitantes de El Carmen de Viboral, en el Oriente antioqueño, fueron testigos del lanzamiento de la línea de tiempo interactiva Memorias del conflicto armado, una herramienta digital que busca tejer un relato colectivo sobre los hechos victimizantes y las resistencias que han marcado su historia en los últimos cuarenta años.  

El proyecto es fruto del trabajo conjunto de Hacemos Memoria, unidad investigativa de la Universidad de Antioquia, y el Instituto de Cultura local, que comenzaron una alianza de periodismo colaborativo en el 2017. La línea de tiempo se presenta como un recurso educativo, de investigación y construcción de paz, abierto a la participación ciudadana. 

La herramienta recopila más de 230 hechos que abarcan desde 1982 hasta 2020, incluyendo actos de violencia, manifestaciones de resistencia y ejercicios de memoria. De ellos, 20 fueron reconstruidos a profundidad a partir de testimonios, investigaciones académicas y archivos de prensa; los otros 210 hechos, documentados con menor detalle por falta de información disponible, se basan en registros de medios, trabajos universitarios y relatos de habitantes. Cada entrada de la línea de tiempo cuenta con un título, una descripción y las fuentes consultadas. 

El evento de lanzamiento contó con voces clave en la construcción de memoria histórica y búsqueda de la paz en el país, como Lucía González, exintegrante de la Comisión de la Verdad; Víctor Casas, coordinador de Hacemos Memoria, y Yeison Castro Trujillo, exdirector del Instituto de Cultura y coinvestigador del proyecto. También participaron líderes locales y ciudadanos, quienes coincidieron en que esta herramienta no solo organiza el pasado, sino que siembra preguntas para el presente y el futuro. 

Aunque el desarrollo técnico fue liderado por Hacemos Memoria, el impulso inicial nació en El Carmen de Viboral. “La idea de hacer una línea de tiempo no fue nuestra, sino de las personas con las que empezamos a trabajar en 2018, quienes manifestaron la necesidad de ordenar cronológicamente lo ocurrido. Una de las motivaciones surgió de una pregunta ciudadana: ¿Por qué solo ciertas memorias eran reconocidas, mientras otras, como la de los chiveros, conductores de transporte público asesinados, quedaban en silencio?”, explicó Víctor Casas. 

Investigadores de diferentes disciplinas  participaron en la elaboración de la línea de tiempo de El Carmen de Viboral.
Grupo de diferentes profesionales estructurando la línea de tiempo. Foto: Instituto de Cultura de El Carmen de Viboral

La metodología aplicada sigue los lineamientos del Centro Nacional de Memoria Histórica para clasificar hechos victimizantes como secuestros, masacres o asesinatos. Según Yeison Castro, la investigación incluyó revisión de prensa local, regional y nacional, entrevistas a actores clave de resistencia y análisis de trabajos académicos. El proceso enfrentó desafíos, como la escasa información de la década de 1970 y las inconsistencias en fechas y detalles de algunos hechos. Además, el miedo y los recuerdos dolorosos provocaron silencios, especialmente en casos de secuestro. 

Para Lucía González, la línea de tiempo es “un ejercicio provocador” y un proceso abierto. Por eso, la plataforma incluye un botón interactivo de Participa, que invita a la comunidad a añadir hechos que no estén registrados. “Muy seguramente van a faltar muchas cosas por narrar, y por eso sabemos que es un ejercicio que hay que seguir construyendo de manera permanente”, afirmó. 

En su intervención, González recalcó que la memoria es “el primer paso de una tarea muy larga: permite identificar hechos, pero también interpretarlos, contextualizarlos y recomponer los vínculos sociales rotos por el conflicto. Lo que más rompe el conflicto armado son los vínculos sociales. La memoria permite recomponerlos”, dijo. También llamó la atención sobre los “factores de persistencia” del conflicto, que no se limitan a los grupos armados, sino que están enraizados en costumbres, valores e instituciones. 

El exalcalde Humberto Restrepo subrayó la importancia de mantener viva la memoria: “Lo primero que hay que hacer con tanta memoria es no dejarla morir para que realmente no mueran los que murieron. Las nuevas generaciones deben escuchar, entender y sensibilizarse para que la historia no se repita”. 

En la presentación, la otrora comisionada de la Verdad también defendió la justicia restaurativa como alternativa al castigo tradicional, y recordó que la memoria es un “campo de disputa donde confluyen las narrativas de comunidades, víctimas, excombatientes, Fuerza Pública y otros actores”. Por eso, propuso partir de información rigurosa y propiciar conversaciones serenas que permitan a cada quien reconocer su papel. 

La línea de tiempo también es una herramienta pedagógica para las cátedras de paz y un insumo para investigadores y periodistas comunitarios. Según el Registro Único de Víctimas, El Carmen de Viboral ha registrado 13 098 víctimas del conflicto armado, siendo el desplazamiento forzado (10 366 casos) y el homicidio (2776) los hechos más frecuentes. “Esto nos recuerda que el conflicto armado no ha sido una guerra entre combatientes, sino contra comunidades en estado de indefensión”, enfatizó Yeison Castro. 

«La memoria es un campo en disputa. Tenemos la tarea, como colombianos, de seguir preguntándonos cómo es que toda esta violencia nos tomó ventaja, cómo fue que permitimos que todo esto sucediera. Estos ejercicios de memoria son importantes porque evitamos el olvido, evitamos la repetición y empezamos a reconocer al otro», afirmó Lucía González, exintegrante de la Comisión de la Verdad, en el lanzamiento de la línea de tiempo. Foto: Emmanuel Zapata Bedoya.

En ella se recogen relatos como la llegada de los primeros guerrilleros a la vereda La Esperanza el 5 de octubre de 1985 y la renuncia de varios candidatos a la alcaldía de El Carmen el 8 de septiembre de 1997 por amenazas de grupos armados, todos ellos marcados por la violencia. En contraste, también narra el nacimiento del Festival Internacional de Teatro Gesto Noble el 28 de noviembre de 1993, una expresión de resistencia y esperanza impulsada por los artistas del municipio.

Por otro lado, se registraron hechos relatados de manera breve debido a la escasez de información, entre ellos las marchas contra la violencia realizadas en la década de los noventa como acto de resistencia frente al conflicto y las víctimas que este dejaba en el territorio; la masacre de la vereda La Madera, ocurrida el 27 de septiembre de 1997; y el asesinato de la maestra Luz Aída García, perpetrado el 15 de enero de 2004 por paramilitares del Frente José Luis Zuluaga de las AUC. 

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Este lanzamiento, como coincidieron algunos asistentes, “apenas roza la superficie” de lo que se debe trabajar en memoria y paz territorial. El exdirector del Instituto de Cultura recordó que desde 2014 está pendiente la creación de un centro de memoria en el municipio y la implementación de cátedras locales sobre territorio, patrimonio e historia reciente. “La falta de ese reconocimiento y encuentro con lo que hemos sido contribuye a la indiferencia”, advirtió. 

El lanzamiento de Memorias del conflicto armado: El Carmen de Viboral no solo constituye la entrega de un producto digital. “Esto es, sobre todo, una invitación a seguir recogiendo testimonios, a escuchar voces silenciadas y a transformar las lecciones del pasado en compromisos para la no repetición”, puntualizó en la conversación Lucía González. 

En ello coincidió Víctor Casas al afirmar que “en un municipio sin informe del Centro Nacional de Memoria Histórica ni museo propio, esta herramienta se convierte en un punto de partida para comprender lo vivido y construir, entre todos, un futuro en paz”. 

La línea de tiempo Memorias del conflicto armado: El Carmen de Viboral queda disponible como un recurso abierto para la consulta y la participación ciudadana. Quienes deseen conocerla, recorrer sus relatos y aportar información para su permanente actualización, también pueden acceder a través del siguiente botón: