La muestra “Memorias vivas de nuestro territorio” fue la propuesta restaurativa que escogieron las víctimas de Dabeiba para honrar y restablecer el buen nombre de sus familiares presentados por la Fuerza Pública como bajas en combate entre 2002 y 2006.
Fotos y texto por Manuela Echavarría Cuartas
El 3 de julio de 2025, la magistratura del Caso 03 de la JEP, que investiga “asesinatos y desapariciones forzadas presentados como bajas en combate por agentes del Estado” declaró cumplido el componente restaurativo de 12 comparecientes de la fuerza pública —no máximos responsables—, realizado como reparación del daño causado a las víctimas del subcaso del cementario Las Mercedes de Dabeiba, Antioquia.
El evento tuvo varios momentos simbólicos encabezados por las víctimas y los comparecientes para dignificar la memoria de Ricardo Antonio Úsuga Oquendo, de 21 años; Diofanor Guisao Ríos, de 17 años; Isaías Rueda Cardona, de 20 años; Edison Lexander Lizcano Hurtado, de 23 años; María Seneida Arenas, de 13 años; Jael Antonio Goez Varelas, de 36 años; Jorge Andrés Ortiz Zapata, de 22 años; Arley Darío Rojas Graciano, de 26 años; Isidoro de Jesús Cardona, de 22 años; Jesús Garcés Barrera y Pacífico Antonio Garcés Sucerquia García, ambos de 34 años. Así como de los 18 habitantes de calle cuyos cuerpos fueron encontrados durante la investigación en el cementerio Las Mercedes de Dabeiba, y quienes fueron adoptados por la organización Madres de la Candelaria porque ya fueron identificados, pero sus familias no han sido encontradas.
“Para los magistrados es muy importante asistir de manera directa porque podemos conocer de primera mano lo que ha pasado. Aquí podemos sentir el compromiso de los comparecientes y la reacción de las víctimas. Considero que estamos frente a una acción restaurativa real”, dijo el magistrado José Miller Hormiga Santos, en la valoración que hizo del acto y la medida restaurativa entregada, compuesta por la muestra fotográfica “Memorias vivas de nuestro territorio”, la cual estará expuesta en el Edificio San Ignacio de la Universidad de Antioquia durante este mes y luego pasará a la Secretaría de Paz y Derechos Humanos en Medellín.
Así mismo, la magistrada Claudia Rocío Saldaña Montoya coincidió con la valoración de José Miller Hormiga sobre la existencia de las partes fundamentales que debe contemplar toda acción restaurativa: relación directa con el daño, participación de las víctimas, aportes al reconocimiento de la verdad, valor restaurativo real y no revictimización.

La restauración como parte de la comparecencia efectiva
Los actos restaurativos son la forma como los comparecientes contribuyen a la reparación del daño, luego de la contribución de verdad y el reconocimiento de responsabilidades ante el tribunal de paz. Cada proceso restaurativo tiene distintas etapas que deben ser concertadas con los diferentes actores que intervienen: los comparecientes, las víctimas, las organizaciones acompañantes y la magistratura.
En el caso de Dabeiba, municipio en el noroccidente de Antioquia, este proceso que empezó en septiembre del 2024, tuvo varias etapas: acercamiento, balance de los encuentros exploratorios para evaluar la voluntad de encuentro entre víctimas y comparecientes, alistamiento de la medida restaurativa, la implementación y, por último, la evaluación y el cierre, realizado en la audiencia de verificación que se cumplió el 3 de julio del 2025 en Medellín.
La entidad nacional encargada de realizar estos procesos restaurativos es la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), en el marco del Proceso de Acompañamiento dirigido a comparecientes activos y retirados de la Fuerza Pública ante la JEP, el cual inició hace un año con la Resolución 1578 de 2024 y que contempla dos dimensiones: la restaurativa y la socioeconómica.
Esta ruta fue socializada en todo el país, pero tiene un número limitado de participantes. “Hay aproximadamente 9000 comparecientes de la fuerza pública ante la JEP, por lo que se decidió ofrecer 1000 cupos debido a los límites presupuestales. A nivel nacional participan 1000 comparecientes, y 111 en Antioquia-Chocó”, cuenta Andrea Marín Chaparro, quien trabaja desde la dirección central de los procesos restaurativos y el enfoque psicosocial.
Hoy en día la ARN sigue recibiendo solicitudes a través de PQRS con los requisitos iniciales: cédula y certificado de comparecencia. “Desde el área jurídica se analizan los casos y se les responde que actualmente no hay ingreso, pero quedan en una lista de espera por si habilitan más cupos”, añade Lina Rodríguez, enlace territorial de la ARN en Antioquia.
De los 15 comparecientes que participaron del proceso restaurativo por el subcaso del cementerio Las Mercedes de Dabeiba, hay 3 que no alcanzaron cupo para participar del acompañamiento de la ARN. Por eso, la decisión de la magistratura solo acoge a 12 exintegrantes de la Fuerza Pública.
El proceso restaurativo en Dabeiba

El caso de Dabeiba es particular porque a nivel nacional son pocos los procesos restaurativos en curso en los que los comparecientes han finalizado sus aportes de verdad y han reconocido su responsabilidad en los hechos y sus consecuencias. “No fue tan complejo porque ya existía el proceso previo de los encuentros dialógicos con la JEP y las víctimas habían obtenido verdad, que es la prioridad para ellas” dice Lina Rodríguez.
En ese sentido, y por el nivel de relación directa con los hechos ocurridos en Dabeiba, del grupo de comparecientes que participaron de este proceso, varios fueron trasladados de otros departamentos. Ese es el caso del segundo sargento retirado Armando Fonseca Bernal, que inició su comparecencia ante la JEP en el 2020, por el caso de Edison Lexander Lezcano Hurtado, el primero cuyo cuerpo fue identificado por la JEP en el cementerio Las Mercedes y entregado dignamente a su familia.

Armando Fonseca es de Bogotá, Cundinamarca, pero en esa época era suboficial en el Batallón Contraguerrilla N.° 26 Arhuacos, adscrito a la Brigada 17 del Ejército en Dabeiba. “Yo no di la orden, pero estaba al mando de la tropa y era mi responsabilidad. Fue un descanso personal participar de este proceso y que la familia pudiera saber cómo ocurrieron los hechos porque es una mentira que cargué muchos años” contó al finalizar la audiencia de verificación.
A Edison Lezcano lo sacaron de su casa en la vereda Alto Bonito, lo retuvieron y lo asesinaron el 18 de mayo del 2002, mientras se desarrollaba la operación “Mongolia” contra el Frente 34 de las FARC. Cinco soldados de ese batallón recibieron la orden del teniente Yair Leandro Rodríguez Giraldo. Le pusieron una maleta y explosivos del guerrillero que había muerto en el combate. Esa noche los soldados durmieron con los dos cuerpos en medio; Armando Fonseca recuerda que estaban cinco soldados a la izquierda y cinco a la derecha. A las 6:00 a. m. del otro día los llevaron a Dabeiba.
La familia de Edison Lezcano, quien era un campesino de 23 años y tenía tres hijos, lo buscó por 18 años. Sus familiares no participaron del proceso restaurativo, pero su historia hace parte de la muestra fotográfica.
“Yo le disparé a Lezcano. Él no era un guerrillero. Era un muchacho trabajador y humilde. Le agradezco a la familia porque me escucharon y me siento en paz por su perdón”, dijo durante la audiencia de verificación Richard de Jesús Barroso Torres, el exsoldado que también participa del plan de acompañamiento de la ARN.

Además de la participación de los comparecientes, según los lineamientos para la dimensión restaurativa, cada proceso debe contar con las víctimas y la comunidad, para garantizar el punto 5 del Acuerdo de Paz, referente a la centralidad de las víctimas. En este caso fueron 6 víctimas directas y 8 indirectas, quienes fueron escogidas por las JEP. “Como uno de los patrones de macrocriminalidad del Caso 03 es el traslado de personas a otros lugares donde no eran originarias, entonces participan víctimas de Medellín, Ituango y Dabeiba”, explica Andrea Marín Chaparro, de la dirección central de los procesos restaurativos y el enfoque psicosocial de la ARN.
Además, como 18 de las víctimas presentadas como falsos positivos y enterradas en el cementerio Las Mercedes eran habitantes de calle, también participaron el colectivo Everyday Homeless y las organizaciones Madres de la Candelaria y Ave Fénix.
Si bien existía también la idea de realizar un mural como acto restaurativo, las víctimas eligieron la muestra fotográfica itinerante por la posibilidad de movilizar la galería fácilmente en distintos espacios y territorios. “El arte puede romper barreras y esta muestra es prueba de ello, porque su fin último es mostrarle a la sociedad que estas personas no eran guerrilleros, sino campesinos inocentes”, cuenta Clara Lopera Peroni, curadora de la galería móvil llamada “Memorias vivas de nuestro territorio”, quien también manifestó que las decisiones creativas y estéticas fueron tomadas con todos los participantes.
Este es el segundo acto restaurativo del Caso 03 de la Jurisdicción Especial para la Paz, pero el primero en realizarse durante una audiencia de verificación. Según la ARN, durante este año entregarán otros siete procesos restaurativos en distintas partes del país.

