La familia Andrés Erazo, torero de las corralejas de San Onofre desaparecido en el 2003, recibió el cuerpo de su pariente en un acto solemne en la plaza de toros del municipio, donde hace 19 años su público lo aplaudía.
Por: Miguel Leonardo Martín Peña, Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas
Fotos: cortesía UBPD
Andrés Julio Erazo, ‘el calvo’ como lo llamaba el público que lo aclamaba en las corralejas de las fiestas de San Onofre, departamento de Sucre, volvió por última vez al ruedo de la plaza de toros de su pueblo, la misma donde cientos de veces festejó su éxito lidiando los toros.
El 19 de marzo del 2003 cuando Andrés se encontraba participando en las corrajelas del corregimiento de Berrugas fue sacado a la fuerza por un grupo armado al margen de la ley que lo llevó a la hacienda El Palmar, sin que se volviera a tener noticias suyas. Dos años después, uno de los postulados de la Ley 975 , Ley de Justicia y Paz, entregó información que permitió la recuperación, en los predios de dicha hacienda, de 82 cuerpos que corresponderían a víctimas de desaparición forzada, entre los que estaría ‘el calvo’.
Debieron pasar catorce años para que el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) viera hecha realidad su solicitud de proteger cuatro lugares donde habrían sido inhumadas las víctimas del conflicto en San Onofre: las fincas El Palmar y La Alemania y los cementerio de Rincón del Mar y el Central.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) no solo acogió la solicitud del MOVICE y decretó medidas cautelares para proteger zonas de interés forense, sino que ordenó el impulso a la identificación de los cuerpos recuperados en la Hacienda El Palmar, que permanecían en los laboratorios del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y la Fiscalía General de la Nación.
En San Onofre la Unidad de Búsqueda, a través de su Grupo Interno de Trabajo Territorial Sincelejo, adelantó jornadas integrales que permitieron la toma de muestras biológicas a familiares de víctimas de desaparición y la reconstrucción de información valiosa para el impulso de la identificación de los cuerpos recuperados.
Con estos hallazgos la Unidad de Búsqueda registró a Andrés Julio Erazo en el Sistema de Información Red de Desaparecidos y Cadáveres (Sirdec). Las muestras biológicas de sus familiares fueron incluidas en el Banco de Perfiles Genéticos lo que facilitó los cotejos que confirmaron su identidad.
Finalmente, en marzo de 2022, la Unidad de Búsqueda y la JEP, en articulación con la Fiscalía General de la Nación y la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, entregaron dignamente el cuerpo de Andrés a su familia y amigos, en el mismo lugar donde 19 años atrás le vieron por última vez.
La directora de la Unidad de Búsqueda, Luz Marina Monzón Cifuentes, destacó que el caso de Andrés hace parte del Plan Regional de Búsqueda Montes de María y Morrosquillo con el que la entidad, como parte del Sistema Integral para la Paz, contribuye a garantizar los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición.
El Plan Regional de Búsqueda Montes de María y Morrosquillo, que construyen la Unidad de Búsqueda, familiares y organizaciones de la sociedad civil, avanza en la búsqueda a mil 734 personas desaparecidas en 17 municipios de Bolívar y Sucre por hechos relacionados con el conflicto entre 1948 y 2016. Del universo inicial de personas desaparecidas en esta zona mil 486 son hombres y 223 mujeres. Sobre otras 25 no se tiene información. De ellas mil 690 corresponderían a víctimas de desaparición forzada.
El plan regional tiene cobertura en los municipios de El Carmen de Bolívar, Córdoba, El Guamo, María La Baja, San Jacinto, San Juan Nepomuceno y Zambrano, en el departamento de Bolívar, y Chalán, Colosó, Coveñas, Los Palmitos, Morroa, Ovejas, Santiago de Tolú, San Antonio de Palmito, San Onofre, y Toluviejo, en del departamento de Sucre.
El pico de los casos de desaparición en la región de los Montes de María y Morrosquillo comprende los años de 1999 a 2005 con mil 78 reportes, siendo los años de 2000 y 2002 los de mayores registros: 299 y 230, respectivamente.