Mediante la lectura y la investigación, esta docente de secundaria busca inspirar a sus estudiantes y a la comunidad a construir sus propias memorias. El club Alas Lectura y los semilleros de investigación han sido sus estrategias para lograrlo.

 

Por Paula Ruiz Torres

Fotos: cortesía Nidia María Romero

“Una de nuestras preocupaciones más grandes es la de quitarle seguidores a la escuela paralela”, cuenta Nidia María Romero, docente del municipio de San Pedro de Urabá, al referirse al trabajo pedagógico que viene desarrollando desde 2010 en su comunidad con el fin de ofrecerle a sus estudiantes otras alternativas de vida, diferentes a las dinámicas de violencia que se han hecho presentes en el municipio. Esta labor, que ha impactado a más de 300 niños, niñas y jóvenes, la realiza a través del conocimiento, la cultura y la formación crítica y humana.

La profesora Nidia María, reconocida por la pasión que refleja su trabajo, estudió en la Escuela Anexa a la Normal Nacional para señoritas en Sahagún, Córdoba, municipio donde nació. Quería ser odontóloga, poco o nada le llamaba la atención la idea de ser maestra, de hecho, logró que sus padres la trasladaran a otro colegio que no tenía la naturaleza pedagógica del suyo. Al graduarse, quiso estudiar en Barranquilla, pero su papá enfermó y con esto, llegaron problemas económicos que hicieron que Nidia terminara sus estudios en Sahagún y, en lo que ella denomina “un accidente del destino”, ingresó a la Universidad de Córdoba a estudiar Licenciatura en Ciencias Sociales. Se trataba de un plan momentáneo, su idea era “no quedarse sin hacer nada”, reconoce entre risas.

El inicio de la carrera fue difícil, no se sentía cómoda con su elección, pero con el pasar de los semestres, las salidas de campo a diferentes ciudades y tras conocer un grupo de personas que se convirtieron en íntimos amigos, Nidia María se enamoró del pregrado que cursaba y, de a poco, la vocación que pensó no tener resultó siendo tan poderosa que la llevó a enseñar en la Institución Educativa San Pedro de Urabá en 1991, justo después de graduarse como licenciada.

Llegó a un municipio pequeño, con pocos habitantes, con calles destapadas de difícil acceso y que, además, estaba pasando por uno de los peores momentos por cuenta del conflicto armado. “En ese tiempo a las casas no se les hacían fachadas bonitas porque la gente tenía la idea de que en cualquier momento les iba a tocar salir por la violencia”, cuenta Nidia María.

Niños y niñas del club ‘Alas Lectura’ en la biblioteca de la Institución Educativa San Pedro de Urabá en una de las reuniones del club de lectura. Foto: archivo personal Nidia María Romero.

En San Pedro de Urabá el conflicto armado entre guerrillas, paramilitares y fuerza pública, ha dejado 33 mil 778 víctimas, siendo el desplazamiento forzado con 31 mil 998 casos el principal hecho victimizante, según datos del Registro Único de Víctimas de la Unidad Nacional para la Atención y la Reparación Integral a Víctimas con corte al 30 de septiembre del 2021.

Por eso, en medio de este contexto, dice Nidia María, en San Pedro de Urabá “aprendimos a vivir con el silencio, con la prudencia, a no parcializarnos con ningún grupo, ni hablar mal del otro”, dando a entender que es la manera en que buena parte de la comunidad ha logrado sobrevivir.

 

Una mujer metódica, sensible y apasionada

La ‘profe’, Nidia María Romero practicando una de sus mayores pasiones, el ciclismo. Foto: archivo personal Nidia María Romero.

Nidia María es una mujer familiar y su concepto de familia es bastante amplio e incluye, por supuesto, a sus muchachos, como les dice. Su voz, casi tanto como sus palabras, deja ver la emoción con la que habla de su trabajo y en cada frase que enuncia aparece una que otra carcajada. Ella dice que lo que hace le llena el alma y que ni siquiera lo considera trabajo.

En su vida cotidiana, suele despertarse a las cinco de la mañana y hacer una oración matutina para comenzar el día. En la mañana dicta clases en la institución educativa y dedica sus tardes a hacer cursos y talleres con otros profesores, y a realizar encuentros con sus estudiantes. “La profe no solo es profe en el aula, con ella vamos a otros lugares donde también aprendemos. En las tardes nos reuníamos y compartíamos un refrigerio, una lectura y leíamos también los espacios”, cuenta María Fernanda Bernal, exalumna de Nidia y actualmente colaboradora de ‘Alas Lectura’.

La ‘profe’ Nidia María, como le dicen sus estudiantes, es una mujer metódica, pero a su vez sensible y de pasiones, de las que tiene una larga lista que incluye el ciclismo, las plantas y el baile. Sus exalumnos, que también la consideran parte de su familia, la definen como una mujer enérgica, sonriente y extrovertida que usa su creatividad para impulsar procesos que favorecen el municipio. Y es que la profe, que no es sanpedreña de nacimiento, quiere tanto al municipio como cualquier local, “como decía Samper, aquí estoy y aquí me quedo”, dice jocosamente.

 

Construir memoria a partir de la lectura y la investigación

Desde hace 30 años la profe Nidia María dicta el curso de Ciencias Sociales en la Institución Educativa San Pedro de Urabá y en todos estos años ha sido la profesora de cientos de niños que han pasado por su salón de clase y que aún hoy, cuando muchos de ellos ya son adultos e incluso han abandonado el municipio, la recuerdan con cariño y hasta la visitan para contarle cómo sus clases han marcado sus vidas.

La ‘profe’ Nidia y su exalumno, Luis Felipe Muñoz participando en el Segundo Concurso Municipal de Danza Folclórica por pareja ‘Bailando por la Vida’. Foto: archivo personal Nidia María Romero.

Pero fue a partir del 2010 que los vínculos con sus estudiantes se estrecharon mucho más, porque la profe comenzó a notar que sus estudiantes de séptimo grado estaban presentando un bajo nivel académico y que la deserción escolar se estaba convirtiendo en un problema, así que inició una investigación que demostró que los estudiantes tenían profundas falencias en cuanto a la lectura y la escritura. Ese fue el inicio de ‘Alas Lectura’, un club de lectura liderado por la profesora Nidia María, en el que ella misma comenzó un camino de aprendizaje junto a sus alumnos.

La profe, que no se especializaba en temas de Lengua Castellana, entraba a todos los cursos que podía para aprender acerca de técnicas de lectura y conocer textos interesantes para jóvenes e, incluso, buscó alianzas con diversas entidades públicas y privadas para obtener libros para sus muchachos. Con el conocimiento que adquirió, de a poco, empezó a enamorar a sus estudiantes de la lectura y los convirtió en promotores a través de la actividad Clientes lectores que consistía en pedirles a sus alumnos que promocionaran un libro específico con sus familiares y amigos y que, como parte del ejercicio, llenaran una bitácora en la que consignaban sus lecturas. Sin pensarlo, este espacio terminó siendo un escenario de encuentros intergeneracionales de personas que investigaban y narraban la memoria histórica de San Pedro de Urabá, un lugar golpeado por la violencia que sufrido el país.

La estrategia que propuso Nidia María consistió en reconstruir el pasado del municipio a través de las historias de los mayores y la imaginación de los niños, para esto, los estudiantes narraban a través de títeres e historias coloridas lo que les contaban sus abuelos, además el ánimo investigativo de la profe contagió, en 2018, a un grupo de alumnas de grado octavo que decidió a indagar acerca de la incidencia que tuvo el conflicto armado en el desarrollo humano de las mujeres del municipio. En este proceso, que acompañó la docente, lograron acercarse a decenas de víctimas para conocer de cerca, a través de sus relatos, la realidad violenta que sufrieron los habitantes de la región. Según Luz Yaniris, una de las estudiantes que participó en el proceso, «fue un trabajo de investigación de memoria histórica que no se ha divulgado porque las personas apenas están empezando a saber de memoria», pero dice que esperan publicarlo para que aporte a la construcción de memoria en el municipio.

San Pedro de Urabá está ubicado en el noroccidente de Antioquia. Esta población, que presenta un índice de ruralidad de 46,4 por ciento según datos de la Estrategia Municipal de Respuesta a la Emergencia (EMRE), ha sido centro de disputas de diferentes actores armados debido a la riqueza natural que posee y a su posición geoestratégica privilegiada. Su población, que en la actualidad es cercana a los 33 mil habitantes, está constituida principalmente por campesinos, indígenas y afros, de los cuales el 61,96 por ciento son personas con necesidades básicas insatisfechas, según el censo Departamento Nacional de Estadísticas (DANE) del 2005.

Estas realidades han afectado también a la población más joven, lo que se evidencia en la deserción escolar que, según la profe Nidia María, tiene que ver con las deficiencias a nivel de escritura, pero, de fondo, también tiene que ver con un problema social en el que los jóvenes terminan implicados en el conflicto armado, perteneciendo a uno u otro bando, o abandonando la región. Según una publicación de la Comisión de la Verdad del 21 de julio del 2021, titulada: ‘San Pedro de Urabá: el pueblo que no conoce la paz espera respuestas de las antiguas FARC-EP’, este municipio “no ha tenido ni un solo día de paz en, por lo menos, los últimos 60 años. Todos los grupos armados al margen de la ley se han disputado el dominio social y territorial de este punto estratégico para el tránsito de economías ilícitas como el narcotráfico”. Por ello, no es fortuito que la mayoría de los alumnos de Nidia María sean víctimas o hijos de víctimas del conflicto armado.

El trabajo de la profe es una labor llena de tensiones, no solo por lo que implica enseñar en contextos en los que aún hay presencia de diferentes actores armados, sino también por los mismos retos que suponen las dinámicas propias de la educación en el país y que ella misma enuncia: deficiencia en infraestructura y herramientas educativas, y funcionarios que no solo no apoyan, sino que incluso obstaculizan proyectos. Nidia María, además, tiene una familia preocupada que se inquieta por sus largas jornadas de trabajo. Pese a ello, ella considera que invertir su tiempo en los jóvenes de San Pedro no es trabajo, sino un gusto porque cree que “esto (la educación) tiene un norte y nos promete una Colombia diferente”.

Club de lectura ‘Alas Lectura’ en el Festival Antioquia Vive el Teatro Corredores de Talento 2015. Foto: archivo personal Nidia María Romero.

Actualmente, el club de lectura además de adelantar procesos de lectoescritura, también es un espacio donde tiene cabida el teatro, la danza, los títeres, la fotografía y la investigación, incluso muchos de los exalumnos de Nidia María, como Tamara Flórez, María Fernanda Bernal y Luz Yaniris, hoy son colaboradoras del club y están de acuerdo al afirmar que sus vidas fueron unas antes y después de conocer a la profe y a su club Alas Lectura.