‘Pastor Alape’ y ‘Martín Llanos’, excombatientes de las Farc y las AUC, pidieron ser escuchados por la Comisión de la Verdad, pero la entidad aún evalúa cómo generar un espacio para que este tipo de aportes dignifiquen a las víctimas en esa región.
Por Jenny Andrea Moncada
Foto: Juan Pablo Marín/PRICCO, tomada de Flickr
El 4 de marzo del 2021, Colombia conoció a través de los medios de comunicación que el excomandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Rodrigo Londoño, más conocido como ‘Timochenko’, y el exjefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Salvatore Mancuso, le solicitaron a la Comisión de la Verdad una audiencia pública para dar a conocer de manera conjunta sus versiones sobre diferentes hechos del conflicto armado. Esta solicitud fue aceptada por la entidad que, el 18 de marzo, realizó un conversatorio virtual con ambos excomandantes, en el cual anunció que el 21 de abril participarían en la primera sesión conjunta de aporte a la verdad. Sin embargo, el 15 de abril a través de un comunicado la Comisión aplazó la audiencia aduciendo la necesidad de preparar el evento para garantizar “la dignificación a las víctimas y el aporte a la verdad”. Con esto, otras solicitudes hechas por excombatientes quedaron en la incertidumbre, entre ellas, la que propusieron un excomandante de las Farc y un exjefe de las Autodefensas del Casanare para aportar sus verdades acerca del conflicto armado en la Orinoquía.
Se trata de Félix Antonio Muñoz Lascarro, conocido como ‘Pastor Alape’, exintegrante del Secretariado de las Farc, quien hoy coordina el proceso de reincorporación en Antioquia y quien durante la guerra operó en los departamentos del Meta, Vichada y Casanare en los inicios del Bloque Oriental de las Farc; y del exjefe paramilitar Héctor Germán Buitrago, conocido como ‘Martín Llanos’, quien pidió participar junto a su padre, Héctor José Buitrago, y su hermano, Nelson Buitrago, fundadores de las Autodefensas Campesinas del Casanare (ACC). ‘Pastor Alape’ y ‘Martín Llanos’ hicieron su petición a la Comisión luego de conocer que la entidad había aceptado la solicitud de aporte conjunto a la verdad hecha por sus antiguos comandantes. Por eso, a través de dos cartas, le solicitaron al mecanismo transicional una sesión conjunta, pero su petición sigue en suspenso porque aún no han recibido una aceptación formal como sí ocurrió con Londoño y Mancuso.
Al respecto, una fuente de la Comisión, que pidió la reserva de su identidad, indicó a Hacemos Memoria que esa institución está trabajando en el proceso de creación de las rutas para la contribución a la verdad y el reconocimiento de responsabilidad de manera individual y diferenciada por cada una de las solicitudes, ya que estas dependen del contexto, de los actores y de la viabilidad de su preparación en caso de ser públicas, pues “es necesario un proceso previo en el que se revise con detalle cuáles serían los temas a abordar en cada audiencia, cómo serían los protocolos de participación de las víctimas y cómo se contrastarían las versiones de los comparecientes antes de la realización de cada sesión. Interrogantes que se deben esclarecer antes de darle luz verde a un escenario de este tipo, con el fin de evitar la justificación de las acciones que se cometieron en el marco del conflicto o la revictimización de las víctimas”.
De hecho, el 25 de mayo la Comisión publicó en su página web una entrada en la que informó que el proceso de aporte conjunto de Mancuso y Londoño continuaba en preparación, por lo que invitó a las víctimas y al público en general a responder algunas preguntas en un formulario digital que indaga por el valor que puede tener este encuentro entre ambos excomandantes. No obstante, la institución aún no confirma una fecha para la realización del evento.
Víctimas esperan verdad y reconocimiento
La complejidad del conflicto armado en la Orinoquía radica en los múltiples actores que convergieron en el territorio que inicialmente fue cuna de las guerrillas liberales de los años 50, las cuales dieron origen a guerrillas marxistas como el ELN y las FARC. Posteriormente, entre finales de los años 70 y principios de los 80, algunos campesinos se organizaron y dieron origen a diferentes grupos armados, entre los que se destacan las Autodefensas Unidas del Casanare (ACC) grupo paramilitar fundado en 1979 por Héctor José Buitrago y sus hijos, en alianza con la familia Feliciano (Víctor y José Omar) con el apoyo del narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha. La violencia ejercida por las diferentes estructuras armadas que tuvieron presencia en el territorio ocasionó diferentes victimizaciones entre las que se cuentan 22 mil casos de desaparición forzada en la región según cifras del colectivo Orlando Fals Borda.
Por eso, sobre la propuesta de ‘Pastor Alape’ y ‘Martín Llanos’ de entregar sus verdades en un encuentro conjunto, Claudia Botero*, integrante de una organización de víctimas del departamento del Casanare, manifestó que es importante que ambos excomandantes hagan sus aportes sobre lo que ocurrió en la región de los Llanos Orientales, pero agregó que con la dilación de este proceso se han generado incertidumbres, pues “se generó una expectativa grande porque iban a dar a conocer la verdad y a contribuir con procesos relacionados con algunos informes que hemos recolectado como víctimas, en cuanto a desapariciones y desplazamientos forzados, víctimas de violencia sexual, homicidios, hechos del paramilitarismo, entre otros. Las víctimas estamos a la espera y a la expectativa de que se anuncie en qué momento se van a hacer públicos esos testimonios”.
Según esta lideresa, las víctimas esperan que, a través de sus contribuciones a la verdad, los excombatientes reconozcan hechos victimizantes en los Llanos Orientales. Por eso, propuso que el proceso se haga en varias sesiones y que sea por municipios o por zonas, porque considera que una sola jornada no es suficiente para abordar la dimensión de lo que significó el conflicto armado en ese territorio. Y agregó que al generarse este tipo de espacios se avanza en la dignificación de las víctimas porque “así se puede dar agilidad y trazabilidad, ante las instituciones, a algunos procesos de verdad, justicia, reparaciones, indemnizaciones o ayudas humanitarias”.
Claudia Botero reconoció además que desde que surgió la Comisión tuvo la esperanza de que se realizaran este tipo de audiencias con actores del conflicto, pero ahora le preocupa el poco tiempo de funcionamiento que le resta a esa institución, que debe entregar su informe final en noviembre del 2021, lo que para ella dificulta la posibilidad de que se den estos espacios bajo el liderazgo de dicha entidad.
Aportar verdad más allá de los tiempos de la Comisión
Al ser consultado sobre la solicitud de aporte a la verdad para el caso de la Orinoquía, ‘Pastor Alape’ le manifestó a Hacemos Memoria: “Estamos esperando que la Comisión responda. No hemos tenido ningún tipo de comunicación, información o respuestas claras; tenemos la sensación de que el proceso se está dilatando y los tiempos de la entidad cada día son más cortos, esa es nuestra preocupación, dado que la Comisión tiene el mandato de abarcar todos los temas que hicieron parte del conflicto”.
El excombatiente reiteró que estas audiencias deben ser públicas para que el país escuche la versión completa, sin filtros mediáticos y con información responsable, con el fin de que no se afecte el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Y explicó que los acercamientos entre las antiguas estructuras de las Farc y las AUC iniciaron desde la mesa de diálogo de La Habana, con el fin de poder generar un ambiente propicio para la reconciliación en Colombia. Dichas actividades se dieron con el acompañamiento del Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ por sus siglas en inglés), y con organizaciones de víctimas.
‘Pastor Alape’ recordó que a partir de la firma del Acuerdo de Paz, el 24 de noviembre del 2016, se empezaron a generar espacios de tipo regional con el fin de que los diferentes actores del conflicto armado dieran cuenta del contexto de violencia en distintos entornos, dado que “hay unos escenarios concretos de conflictividad en el territorio donde estuvimos dos actores y estuvo el actor estatal. Todos conocemos como fueron esas dinámicas y por eso decidimos que era necesario nuestro compromiso de aportar la verdad, también de hacerlo en conjunto para mostrar todos los ángulos”, afirmó.
Por ello, ‘Pastor Alape’ dijo que desea continuar con estos escenarios en diferentes partes de Colombia, junto con sus antiguos adversarios en regiones como Magdalena Medio, Urabá, Bajo Cauca y Chocó, para darle a entender al país “cómo en medio de semejante guerra, crecieron empresas pujantes, la agroindustria de la palma, empresas petroleras como Pacific Rubiales, y cómo fueron las afectaciones que sufrieron las víctimas, tanto campesinos como ganaderos e indígenas, sobre todo en la Orinoquía”.
En ese sentido, el excombatiente manifestó que la posición de los firmantes de la paz es continuar comprometidos con la construcción de la verdad más allá del tiempo que le resta a la Comisión, porque “entendemos que la construcción de la verdad es un proceso que desborda las barreras institucionales que establece la Comisión, con una temporalidad que se nos quedó corta, en la que no se han tenido en cuenta las realidades del país; un año bajo pandemia en el que no se pudieron desarrollar todas las actividades que se requerían y un Estado que no está interesado en que se desmonte la llamada verdad institucional, por eso vamos a seguir insistiendo en que se mantenga ese espíritu de contar la verdad comprometiendo a estos antiguos actores del conflicto”.
*Nombre cambiado por solicitud de la fuente.