En el Día clásico del Periodista hablamos sobre el cubrimiento del posacuerdo con Gloria Castrillón, directora editorial de Colombia 2020, campaña periodística y pedagógica de El Espectador.

Por: Pompilio Peña Montoya
Foto: Dylan Baddour

A tres años de la firma del Acuerdo de Paz entre el Estado y las FARC, el balance sobre la cobertura periodística de la implementación de los acuerdos no es del todo buena. Aunque algunos han evitado repetir errores del pasado, muchos periodistas y medios de comunicación se han dado a la tarea de cubrir el posacuerdo empujados más por la intuición que por una comprensión total de los acontecimientos.

Para Gloria Castrillón, directora editorial de Colombia 2020, falta, por ejemplo, “más empatía y conciencia” con las víctimas. A propósito del Día clásico del Periodista, que en el país se celebra el 9 de febrero, Hacemos Memoria habló con ella de los aciertos y desaciertos del periodismo en un país en transición.

Existen diferencias en el cubrimiento periodístico tras la firma del Acuerdo, tanto en medios grandes como en pequeños e independientes. En ese sentido, ¿cómo cree que se ha comportado la prensa colombiana?

La mayoría de los medios han entrado en un aprendizaje sobre la necesidad de poner a las víctimas en el centro de sus preocupaciones a la hora de reportear las historias de conflicto y de reconciliación.

Se han hecho reflexiones necesarias sobre cómo aportar a la no estigmatización, un debate tal vez empujado por la dinámica de las redes sociales, pero que, al ponernos en entredicho, a medios y periodistas, nos ha obligado a ver cuál es nuestro papel en esa nueva dinámica.

Algunos medios y periodistas han intentado no repetir errores del pasado en cubrimientos de anteriores procesos de paz, menos impulsividad y más reflexión, menos afán por la chiva y más preocupación por los efectos de la publicación. Hay más sensibilidad hacia los excombatientes que dejaron las armas como seres humanos con sueños, miedos y frustraciones. Hay una humanización del guerrero.

Ya hay más espacio en los medios para hablar de construcción de paz, tal vez no siempre con ese nombre, pero sí en su espíritu, es decir, conciencia de resaltar los esfuerzos de las comunidades en medio del conflicto, su resistencia, su resiliencia, sus iniciativas de construcción de memoria.

De todas las formas de cubrimiento que se han hecho sobre lo que ha pasado luego del Acuerdo de Paz, ¿Cuál cree usted que es la menos acertada?

En programas de opinión, sobre todo en radio, se cree que los debates equilibrados se hacen teniendo a un representante de cada extremo, sin considerar los matices, eso refuerza la polarización, privilegia el grito y la descalificación sin darle espacio a los argumentos, sin reconocer que entre los extremos hay una inmensa variedad de opiniones que podrían aportar al debate.

Aún falta interés de algunos medios de capacitar a sus periodistas, y tampoco hay interés en los colegas, en temas como el funcionamiento del Sistema Integral de Verdad Justicia Reparación y No Repetición, lo cual lleva a un cubrimiento poco acertado de un tema tan sensible, en el cual hace falta mucha pedagogía para la ciudadanía.

Los medios se jactan de estar haciendo pedagogía para la paz, de haber leído y comprendido cada uno de los puntos del Acuerdo, de estar atentos a lo que está pasado en los territorios con los reincorporados, pero ¿estamos la mayoría de los periodistas capacitados para hacer un trabajo responsable con las víctimas?

El hecho de hablar más de las víctimas no siempre significa un trato digno hacia ellas, falta, entre otras cosas, más empatía y conciencia sobre para qué hablar con ellas, qué aportamos con nuestro trabajo, cómo no afectar o revictimizar, revisar qué imaginario estamos creando de ellas en los medios, ¿reforzamos estereotipos?

Falta más conciencia sobre nuestro aporte social que implica ofrecer variadas voces, más enfoques, menos protagonismo de la voz oficial, ir más al territorio, no usar etiquetas binarias que no aportan (víctima / victimario, pro-paz / pro-guerra) a entender lo que sucede en Colombia.

Falta que los medios nos tomemos el trabajo de entender y explicar lo que sucede en el país, por ejemplo, con el paro, la protesta social o el vandalismo, y la dinámica de las nuevas, viejas y recicladas conflictividades.

Siempre estamos más pendientes de lo que pasa con los protagonistas que están a favor y en contra de las políticas alrededor del Acuerdo, y olvidamos, en parte, lo que está pasando con los reincorporados y las promesas que se les hizo para que volvieran a la vida civil ¿Cree que hace falta más cubrimiento en este sentido?

Tienes razón. Nuestro trabajo se centra en hacer eso todo el tiempo, en cubrir lo relacionado con los “protagonistas”, pero efectivamente la mayoría de los medios no hace ese cubrimiento con los reincorporados.

Los medios deberían hacer más seguimiento a la implementación del Acuerdo, no solo sobre la reincorporación que es muy importante. Eso incluye ir a los territorios, a los ETCR, a lugares y ciudades donde están los grupos de excombatientes.

Pero como nunca leímos el Acuerdo, no somos conscientes de que hay cinco puntos (son seis, pero uno de ellos era refrendación y seguimiento) y solo nos quedamos en si hay disidencias o no. Esto es una visión limitada y sesgada del Acuerdo.

Ahí se podría observar en qué estado está el cumplimiento del Acuerdo por parte del Estado, no solo se debe hablar de reincorporación, insisto.