La investigadora se pregunta cómo es posible que Darío Acevedo dirija una entidad que fue creada para contribuir a la reparación de las víctimas, de un conflicto armado que él mismo niega.

Por: Esteban Tavera
Fotos: Agencia de Noticias UN

El pasado 19 de febrero, el presidente Iván Duque Márquez, a través del Decreto 247 de 2019, oficializó el nombramiento de Darío Acevedo como director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). La decisión fue recibida por muchos sectores sociales, académicos y políticos como un golpe a la memoria de las víctimas, pues se trata de un historiador que en repetidas ocasiones ha negado la existencia de un conflicto armado en Colombia y que se ha mostrado intolerante con posturas distintas a la suya.

Para la investigadora Martha Nubia Bello el nombramiento de Acevedo es razón suficiente para pensar que el trabajo que adelantó el CNMH para reconstruir las memorias del conflicto y ganarse el respeto y la confianza de las víctimas, puede irse “al traste”.

¿Cómo recibió el nombramiento del historiador Darío Acevedo como nuevo director del CNMH?

Pues yo lo recibí con gran preocupación y también con decepción, porque creo que en distintos artículos y pronunciamientos se advierten los riesgos enormes de colocar a una institución como el Centro Nacional de Memoria Histórica en manos de una persona que da claras muestras de intolerancia y de irrespeto por las personas que piensan diferente.

Resulta ser un contrasentido que una persona que no reconoce la existencia del conflicto armado acepte trabajar en una entidad creada para contribuir a la reparación de las víctimas de ese conflicto que no reconoce.

Me preocupa, además, su nombramiento, porque se puede ir al traste la confianza que con mucho esfuerzo se logró construir con personas, comunidades y organizaciones de víctimas. El trabajo riguroso adelantado por el Centro logró que las víctimas lo reconocieran como una institución capaz de reconocerlas, respetarlas y visibilizarlas. Esa es una confianza difícil de construir y creo que eso se puede ir al traste con este nombramiento.

Quienes respaldan la llegada de Darío Acevedo al CNMH han argumentado que es un paso importante para incluir algunas voces que no estaban siendo escuchadas en esa entidad, ¿usted cree que hubo sectores excluidos en el trabajo de memoria que allí se hacía?

Yo no creo que él llegue allí para incluir a los excluidos. Yo creo que él llega para excluir a muchas personas y a muchas organizaciones que representan una voz distinta a la del partido político y a la del gobierno que él representa.

El CNMH posibilitó la participación de organizaciones y de sectores muy diversos. Allí se logró convocar víctimas de todos los actores armados y escuchar organizaciones y personas con interpretaciones distintas del conflicto y con reclamos diversos. Esto se puede constatar no solo en los informes, sino en los archivos, en las iniciativas de memoria que se apoyaron y en los materiales de video producidos por el Centro.  Quienes afirman, que el Centro es de izquierda y que se ha dedicado a atacar al Estado, definitivamente no conocieron el trabajo realizado ni han leído sus informes.

En el Centro hubo lugar para que, por ejemplo, en escenarios como el diseño del Museo Nacional de la Memoria se consultaran voces muy diversas, incluida la de los miembros de la Fuerza Pública, quienes participaron en la discusión del guión y formularon propuestas acerca de las maneras en que se debía representar el conflicto. Con ellos se discutieron no solamente informes, sino también iniciativas de memoria.

¿Cómo cree que puede cambiar el trabajo del CNMH con la llegada de Darío Acevedo?

Creo que puede cambiar de muchas maneras. En primer lugar, porque la marcada intolerancia del señor Acevedo, expresada en sus columnas de opinión, en sus trinos y declaraciones públicas, en una institución como el Centro Nacional de Memoria Histórica, se verá reflejada en el cierre a la construcción de una memoria diversa y plural.

También puede hacer que el Centro termine convirtiéndose en una institución para promover un discurso oficial y un lugar que funcione para representar las interpretaciones del pasado que interesan a un partido y a un Gobierno, donde se manipule la memoria en función de un ideario político. Eso es, lo sabemos todos, nefasto para una entidad de memoria.

Desde luego también preocupa el acumulado del Centro. Este es un acumulado que es público, que le pertenece al país. Hoy muchas personas se están preguntando ¿qué va a pasar con las publicaciones del Centro Nacional de Memoria Histórica? ¿Qué va a pasar con todos los documentos que están en la web y qué va a pasar con el Centro de Documentación? Allí hay cientos de documentos, publicaciones y testimonios de muchos actores, y constituyen un patrimonio público. Hay preocupación de que ese acumulado se pierda como de hecho ya está pasando con otras entidades en el actual gobierno

Con relación al trabajo que hace el CNMH con las víctimas del conflicto, ¿este nombramiento propiciará cambios?

Creo que otra de las consecuencias importantes de este nombramiento es que el Centro ya no será un lugar respetado ni seguro para las víctimas. No creo que en un Centro dirigido por una persona con estas características, las víctimas vayan a encontrar la confianza para depositar su voz, para entregar sus archivos y creo que eso va a significar que las víctimas tomen distancia de una entidad que fue creada para ellas.

El CNMH, además de ser una estrategia para la reparación de las víctimas, se ha convertido también un centro de pensamiento académico. En este aspecto ¿le genera confianza Darío Acevedo?

Yo, la verdad, no conozco la producción académica de Darío Acevedo. Lo conozco por sus columnas y sus declaraciones, pero no creo que él sea garantía de ninguna rigurosidad académica. Si algo debe caracterizar a un académico respetable es la verdad en el debate público y ya en muchos casos he visto que sus declaraciones son imprecisas y algunas mentirosas.

Es una persona que para expresar su pensamiento ha acudido a mentiras, a imprecisiones, y eso ya me hace dudar de su rigor académico. No me inspira ninguna respetabilidad un académico que se vale de un vocabulario vulgar y soez, porque hay que decir que sus expresiones públicas son vulgares y atentan contra la dignidad de las personas que el ataca y eso dista mucho de un académico ético. Entonces, a mí no me inspira confianza.

Martha Nubia Bello hizo parte, desde el 2007, del Grupo de Memoria Histórica. Luego, desde el CNMH fue la coordinadora del informe ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad, y lideró las investigaciones que produjeron los informes sobre Bojayá, la Comuna 13 de Medellín y el municipio de San Carlos, Antioquia.