El jueves 1 de diciembre Henry Acosta, facilitador entre el gobierno y las Farc y Marisol Gómez, editora de paz del diario El Tiempo, se encontrarán para hablar de los secretos que hay detrás del proceso de paz. El evento organizado por Hacemos Memoria, la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia y el Sistema Informativo De la Urbe convoca al público a responderse ¿Qué pasó en Cuba?, a las 4:00 p.m. en el auditorio principal del Edificio de Extensión de la Universidad de Antioquia.

Por Elizabeth Otálvaro

Para el 3 de octubre, exactamente un día después de que se conocieran los resultados del plebiscito, se programó la publicación del libro de la periodista antioqueña Marisol Gómez, “La historia secreta del proceso de paz”.

La fecha fue un compromiso con las fuentes, en medio de un ambiente de certidumbre por el sí y con el objetivo de que antes de que los colombianos fueran a las urnas no se revelaran las intimidades que prometía el libro; pero la actual editora de paz del diario El Tiempo se llevó la misma sorpresa que trasnochó a muchos en las salas de redacción rehaciendo la historia de un fracaso inesperado de la paz.

De igual modo el libro comenzó a venderse en las librerías del país, justo después de la desazón que dejó el no. Cuenta Gómez que cuando comenzaron a llegar los comentarios sobre su libro casi todos terminaban con las mismas preguntas: “¿Cómo es posible que hayamos despreciado todo el trabajo hecho por los negociadores?, ¿cómo es posible que el no haya ganado? La reacción fue de tristeza; por todo el trabajo que se perdió, todo lo que se hizo y que el país desconocía”, agrega la periodista.

Y es que quien se enfrente a la lectura de las 175 páginas editadas por Intermedio Editores, lo hace también a los detalles de los encuentros y desencuentros que en la mesa de La Habana existieron desde su instalación el 12 de octubre del 2012 hasta el 24 de agosto del 2016, día del cierre del Acuerdo Final para el fin del conflicto; con todo y sus puntos álgidos, como el que alcanzó en los primeros seis meses del 2015, mientras se discutía el tema de justicia, e incluso con las tensiones cotidianas que simplemente resultaban de la convivencia.

El primer hecho que cuenta Marisol Gómez en su libro ubica el inicio del fin de la guerra con las Farc el 10 de agosto de 2010. El punto de partida fue el encuentro entre Juan Manuel Santos y Hugo Chávez en la Quita de San Pedro Alejandrino en Santa Marta.

—He pensado en ver si puedo hacer la paz con las Farc —le dijo Santos sin rodeos a Chávez.
—¿Usted está en eso?
—Sí. Estoy en eso.
—Pues cuente conmigo —afirmó el mandatario venezolano—, con mi total y absoluto apoyo. Creo que eso es lo mejor que le puede pasar a Colombia.

Esta es una de las conversaciones que revela la periodista y docente universitaria, nacida en el municipio de El Santuario, Antioquia, comunicadora social de la Universidad Pontificia Bolivariana y magíster en Ciencias Políticas de la Universidad de Los Andes. Toda su carrera periodística la ha hecho en el periódico El Tiempo y este libro se suma a la lista en la que está “Desterrados, cicatrices de la guerra en Colombia”, el primero del que es autora, y “Años de fuego”, “Crónicas de secuestro” y “Crónicas del Premio Nacional de Paz”, en los que aparece como coautora. Por su calidad periodística y rigurosidad investigativa ha sido ganadora de los premios Simón Bolívar y CPB (Círculo de Periodistas de Bogotá). Actualmente se desempeña como editora de Paz y es por eso que le siguió la pista, quizá como pocos, al proceso de La Habana.

Es Marisol Gómez quien permite que la historia del proceso de paz no esté archivada y desintegrada en la prensa, sino que se encuentre compilada en un libro, que, como lo considera, se ocupa del hecho más importante del último medio siglo colombiano. Pasar de la noticia al libro es uno de los desafíos que señala al preguntarle por lo retos periodísticos derivados de narrar la paz para quien ha cubierto la guerra colombiana por años, al que agrega: “Un proceso de paz está hecho por seres humanos; tiene protagonistas y antagonistas, momentos difíciles y tensiones. El reto estaba en encadenar esa historia y contarla lo más cercana a la realidad, trascender el cubrimiento periodístico”.

“Lo que revela este libro es que llegar a este punto no fue fácil, fueron cuatro años de intensas conversaciones. Nada estaba hecho. Quien lee el libro reconoce que para el gobierno fue muy duro llevar a las Farc a donde las llevó, entre otras por el mismo asunto que permitió el fracaso de la refrendación –el acuerdo por la justicia–. Y no se le estaba entregando el país a las Farc, ni al castrochavismo. Hubo un momento en el que relato que la química se perdió completamente”, dice Marisol Gómez, a quién le queda la certeza de que para hacer la paz se necesitaba de la voluntad presidencial y de la disposición del máximo jefe de las Farc, las dos voces que enrutan su relato y se entraman con las de los personajes claves que aparecieron a medida que el proceso tenía exigencias particulares, como es el caso de María Ángela Holguín con sus habilidades diplomáticas o Álvaro Leyva con su legitimidad ante las Farc y su experiencia en los intentos de paz anteriores.

La última pregunta que le hizo Marisol Gómez a Timochenko en el único encuentro que tuvieron fue la misma pregunta que le hizo al presidente Juan Manuel Santos: “Si pudiera destacar a alguien que haya sido clave en el proceso ¿a quién nombraría?”. Henry Acosta fue la respuesta de ambos. Esto fue suficiente para fijar la atención sobre él como uno de los personajes a los que era justo hacer un reconocimiento por su trascendencia en la negociación.

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Henry Acosta, empresario y economista quindiano, radicado en Cali, se convirtió en el enlace entre las Farc y el Gobierno en los momentos previos a la instalación de la mesa, pero no solo fue clave y necesario en el gobierno de Santos; durante el mandato de Álvaro Uribe su papel fue excepcional. En el 2002, comenzaron los acercamientos más serios con la guerrilla a la cual el expresidente calificaba públicamente de terrorista, pero con la cual contempló reunirse a negociar en Brasil.

Fue el 15 de octubre del 2010 el día en el que las Farc a través de sus dos líderes históricos, Alfonso Cano y Pablo Catatumbo, dijeron que aceptaban dialogar. Ese sí fue la respuesta a la carta que Santos envió con el empresario el 7 de septiembre del mismo año. Desde finales de la década de 1990, este mensajero se había ganado la confianza de Pablo Catatumbo, entablaron una amistad a causa de una retención en una zona rural del centro del Valle del Cauca cuando Acosta hacía un trabajo para el Fondo de Solidaridad del Valle.

“Es indudable que esa tarea quijotesca no hubiere sido posible sin los consejos y el apoyo irrestricto de Julieta (esposa de Henry Acosta), a quien Pablo Catatumbo y el presidente Santos siempre llaman ‘Dulcinea’. Con ella íbamos a las montañas lejanas, en carro de doble tracción a ratos y en otros por trochas a lomo de mula. También dormíamos en cambuches y caletas, en los campamentos de las Farc-Ep. Fueron tiempos de mucho riesgo, pero la Patria necesitaba de ello y el tiempo nos dio la razón”. Así describe su labor Henry Acosta en su libro: “El hombre clave, el secreto mejor guardado del proceso de paz de Colombia”, de la editorial Aguilar.

En los últimos 15 años “el hombre clave” se ha dedicado a trabajar en la posibilidad de alcanzar la paz en Colombia, ganándose la legitimidad de ambas partes con inteligencia y un toque de nobleza. Su perspectiva es la de un en contacto indispensable, un puente entre dos posiciones distantes.

Mientras tanto, Marisol Gómez tiene la visión de la periodista que persistió en el cubrimiento de un mismo tema, en el que tal como su libro lo cuenta, hubo turbulencia en la mayor parte del tiempo.

El facilitador de los diálogos y la periodista se encontrarán por primera vez después de que los resultados en el plebiscito desmoronaron muchas de las certezas construidas durante los cuatro años del proceso. Gómez plantea que “la discusión de acá hacia adelante tiene que estar en la implementación”, pero además de ello será la oportunidad para que dos personajes claves, en la negociación y en la información sobre la misma, le revelen al público la historia menuda del proceso de paz.

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