“¡Orión Nunca Más! ¡Sí y siempre la paz!” fue la consigna que durante cuatro días elevaron las víctimas de la Comuna 13, durante la Jornada de Memoria y Resistencia para conmemorar los 14 años de la operación militar urbana más grande y letal que haya tenido lugar en Colombia y que hoy continúa en la impunidad.
Por Natalia Maya Llano
Durante cuatro días, del 14 al 17 de octubre, se llevó a cabo la Jornada de Memoria y Resistencia ¡Orión Nunca Más! para conmemorar los 14 años de la más grande operación militar urbana que haya tenido lugar en Colombia. En esta oportunidad, las víctimas y sus familiares caminaron tras las huellas de memoria de sus desaparecidos, se conectaron con la naturaleza a través de la acción performática ‘Cuerpos Gramaticales’ y elevaron dos exigencias: primero, que se implementen ya los Acuerdos de Paz entre el Gobierno y las Farc y, segundo, que se reanuden las excavaciones en La Escombrera.
“¿Dónde están, quiénes son, esos hombres que se los llevaron?
O si acaso ya se olvidaron, que también eran seres humanos.
Cuántos plantones nos han tocado, en la comuna y en otros lados.
Y no hemos encontrado respuesta alguna del Estado.
Seguiremos en la lucha, por nuestros seres queridos”.
Esta es una de las estrofas de la canción que Margarita Restrepo, Virgelina Ibarra, Luz Elena Galeano y las demás víctimas del grupo de Mujeres Caminando por la Verdad, del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) y de la Asociación de Familiares de Detenidos – Desaparecidos (Asfaddes), entonaron durante la Caravana “Tras las huellas de la Memoria”, una de las actividades centrales de la Jornada de Memoria y Resistencia ¡Orión Nunca Más!
La Caravana partió a las tres de la tarde desde el Convento de la Madre Laura. Cinco buses transportaban a las mujeres víctimas que llevaban bombas y banderas blancas, carteles, tiras de tela, cientos de huellas dibujadas en foami y, como es costumbre, las fotografías de sus seres desaparecidos. Las acompañaban funcionarios de la Corporación Jurídica Libertad, “unos invitados de Bogotá” y los fotógrafos y periodistas que asistieron a cubrir la conmemoración.
Antes de iniciar el recorrido, estas mujeres les repartieron a los asistentes el manifiesto “Tras las huellas de la memoria”, un texto en el que dejaban claro qué pretendían y hacia dónde se dirigían:
“¿Qué buscamos? Caminar la verdad.
¿Hacia dónde? Hacia El Corazón.
Y desde ahí, hacia las huellas que ha dejado el tiempo en las esquinas, las casas, los cuerpos, las almas y el tejido de la gente de estas tierras.
¿Qué historias de amor, horror y resistencia contarían estos cerros si pudieran hablar?
Todas las que estemos dispuestas a escuchar”.
Margarita Restrepo, integrante del grupo de Mujeres Caminando por la Verdad, lee el manifiesto “Tras las huellas de la memoria” antes de comenzar la Caravana. Su hija está desaparecida desde el año 2002.
Primera estación: Cancha de fútbol de El Corazón
“Recordar significa volver a pasar por el corazón y aquí estamos, en El Corazón de estas montañas por las que hace muchos años llegaron los primeros campesinos, donde hacíamos sancochos, nos bañábamos en familia, disfrutábamos de nuestra naturaleza y solo se escuchaban las risas claras y felices de los niños. Pero esta felicidad no fue para siempre, en el aire se empezó a notar la tristeza de la violencia que iba bajando poco a poco. Se deslizaban por estos cerros de arriba hacia abajo como escarabajos, generando pánico, miedo. Playitas era el parque recreativo de todos, pero no pudimos volver, esas aguas muchas veces se mancharon de sangre. Hoy regresamos a estos cerros para agradecer por sus aguas y para pedir que nos permitan seguir caminando por la verdad”. Margarita Restrepo, lideresa del grupo de Mujeres Caminando por la Verdad.
Cinco buses partieron desde el Convento de la Madre Laura, aunque solo cuatro finalizaron el recorrido. Antes de llegar a la primera estación, el bus que lideraba la Caravana presentó fallas mecánicas.
Pese a que uno de los buses se varó y otros dos no pudieron acceder hasta la Cancha de fútbol de El Corazón, las víctimas llevaron a cabo el homenaje que tenían preparado.
Segunda estación: La Asomadera.
“Después de la guerra alguien tiene que recomponer la vida, recoger los escombros, levantar las casas, volver a sembrar los árboles, darle digna sepultura a nuestros muertos, buscar a los desaparecidos, mantener viva la memoria, exigir justicia. Quienes sobreviven no solo deben curarse sus propias heridas y las de sus seres queridos, sino que llevan consigo la fuerza y el dolor de quien ha sido testigo del horror, ha sobrevivido y puede contarlo. En esta segunda estación queremos rendir un homenaje a todas las mujeres, hombres, jóvenes, niños y niñas que tuvieron que salir huyendo de la muerte para volver a empezar en otras tierras, a quienes llevan en sus cuerpos las marcas de una guerra que no les pertenece. A las heroínas y héroes anónimos que silenciosos no han dejado de cuidar la vida”. María Oliva Pérez, integrante del grupo de Mujeres Caminando por la Verdad.
Gloria cuenta su historia como sobreviviente de una bala perdida en un enfrentamiento entre las milicias populares y el Ejército en el 2002. Termina su relato asegurando con orgullo que es una persona resiliente.
Tercera estación: Villa Laura
“El liderazgo personal no es una actitud, es el estado en el que una persona sabe lo que quiere y mantiene la habilidad de enfocar sus pensamientos y acciones hacia los objetivos que visualiza. Lo más importante es que en la medida en que nos conocemos a nosotras mismas, somos capaces de identificar nuestras cualidades, afinidades y competencias […] En esta estación rendimos homenaje a todos los hombres y las mujeres que han entregado su vida a la defensa de la vida. Para que su voz y sus huellas nunca mueran”. Luz Elena Galeano, lideresa del grupo de Mujeres Caminando por la Verdad.
La tercera estación no se pudo realizar donde se tenía planeado por un evento infantil de la Policía y la Junta de Acción Comunal de Villa Laura. Mientras continúa el recorrido, Marta Nidia enseña por la ventana el retrato de José Robeiro Pérez Botero, desaparecido el 25 de febrero de 2003 en la Comuna 13.
Cuarta estación: Asociación de Mujeres de las Independencias (AMI)
“Día a día conmemoramos en AMI las operaciones famosas del Estados. Hemos hecho resistencia con los niños, niñas y las mujeres desde nuestras actividades cotidianas. Hoy queremos rendirle un homenaje especial a todos esos que fueron asesinados y desaparecidos, especialmente a Teresa Yarce, nuestra lideresa de la Junta de Acción Comunal del barrio, asesinada el 6 de octubre por no permitir que se llevaran más niños para la guerra. Por eso están aquí los niños del coro, para cantarle a la vida y decir que no queremos más guerra”. Socorro Mosquera, presidenta de la Asociación de Mujeres de las Independencias (AMI).
Socorro Mosquera, presidenta de AMI, recuerda a Ana Teresa Yarce, lideresa asesinada en medio de la Operación Orión.
Quinta estación: Casa de Justicia
“En el 2002 yo tenía 13 años. Ese año nos tocó dejar lo que con tanto esfuerzo y dedicación habían construido mi papá y mi mamá. No nos dio tiempo de empacar. Mi madre tampoco tuvo tiempo de explicarme por qué tenía que dejar mi casa, a mi profe y a mis amigos. ¿Cuántos niños y niñas como yo tuvieron que salir corriendo cogidos de las manos de sus mamás y sus papás, en ese octubre de hace 14 años, sin entender qué estaba pasando? ¿Cuántos tuvieron que dejar sus clases, sus juguetes, sus amigos? Pero si a los niños y niñas les tocó esto, a los jóvenes les tocó la peor parte. Por el solo hecho de ser jóvenes se convirtieron en el blanco de quienes llegaron con sus ametralladoras, fusiles y helicópteros artillados con sus promesas de paz. En esta estación queremos brindarle un homenaje a los niños, niñas y jóvenes de la comuna 13, que con sus risas, sus juegos y sus cantos, siguieron resistiéndose a alimentar la máquina del olvido”. Alejandra Balvín Cano, integrante del grupo de Mujeres Caminando por la Verdad.
A donde llegaban, las mujeres comenzaban a tejer una red para colgar las huellas con los nombres de sus familiares asesinados y desaparecidos.
Huellas con los nombres de las víctimas de asesinato y desaparición forzada. La lluvia impidió que la quinta estación se realizara en la Casta de la Justicia.
Sexta estación: Convento de la Madre Laura
“Desde lo cotidiano las mujeres han ganado espacios y confianza. Ahora son protagonistas reconocidas de la historia. Juntas han construido proyectos de vida personales, familiares y colectivos. Nos tocó la estación de la resistencia. Hay que hacerle bastante fuerza a este grupo que desde las consecuencias que les trajo la guerra y el sufrimiento que les causó fueron capaces de pensarse y resistir para hoy vivir en la esperanza. Su dignidad y sus derechos a la verdad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición tienen que ser restituidos plenamente. Hoy no son las mismas mujeres del 2002 abnegadas y humilladas. Hoy se nos presentan como mujeres que resisten y dejan huellas”. Hermana Rosa Emilia Cadavid, misionera del convento Madre Laura Montoya y gestora del Salón Tejiendo Memoria, un espacio creado desde el dolor, el miedo, la resistencia y la memoria de los habitantes de la Comuna 13.
La tercera y la quinta estación tuvieron que hacerse en el Convento de la Madre Laura, lugar preparado para la sexta y última parada. La hermana Rosa lee su homenaje a la resistencia de las víctimas de la Comuna 13, especialmente del grupo de Mujeres Caminando por la Verdad.
La Operación Orión
Recordada por ser la intervención militar más grande y letal desplegada en una zona urbana de Colombia. Desde la madrugada del 16 de octubre de 2002 y por más de cinco días, cerca de mil uniformados de la fuerza pública y funcionarios judiciales arribaron a la Comuna 13 en compañía, según la ONG Corpades, de paramilitares al mando de Diego Fernando Murillo, alias Don Berna, en búsqueda de las milicias urbanas de las Farc, el Eln y los Comandos Armados del Pueblo (CAP). Según la Corporación Jurídica Libertad, organización que ha acompañado durante más de 12 años a las víctimas de la Comuna 13, Orión y las cerca de 20 acciones militares que se desarrollaron en este territorio bajo las órdenes del expresidente Álvaro Uribe Vélez y del gobernador de esa época, Luis Pérez Gutiérrez, dejaron más de 150 desaparecidos, 90 civiles heridos, 100 personas asesinadas, 350 detenciones arbitrarias y cientos de familias desplazadas. Aún no hay responsables judicializados.
Búsqueda de desaparecidos
El testimonio del paramilitar Juan Carlos Villa Saldarriaga, conocido como “Móvil 8”, ha sido una pieza clave en la investigación de los casos de desaparición forzada en la Comuna 13. En la versión libre que rindió ante los tribunales de Justicia y Paz, señaló los sitios donde él y sus hombres de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), enterraron a cerca de 50 personas en la montaña de escombros conocida como La Escombrera.
Solo hasta el mandato de Aníbal Gaviria, la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín emitió un auto administrativo (del 4 de septiembre de 2013), en el que exigió el cierre de La Escombrera y expresó su compromiso de acompañar a las víctimas en la búsqueda e identificación de sus seres desaparecidos.
Dos años después de haberse emitido el auto, la administración de Aníbal Gaviria inició excavaciones en lo que llamaron el Polígono Uno de La Escombrera. Tras remover más de 25.000 metros cúbicos de tierra en un área de 3.700 metros cuadrados, no hallaron restos humanos. Sin embargo, hay otras dos áreas donde se presume que se podrían encontrar cadáveres enterrados y es allí donde está depositada la esperanza de las víctimas.
El Alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, se comprometió a continuar con la segunda fase de las excavaciones en La Escombrera, tal y como lo recomendó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, pero hasta la fecha solo se ha adelantando una acción piloto en el Cementerio Universal, que hace parte del “Plan Integral de Búsqueda de Personas Desaparecidas en el Departamento de Antioquia y el Área Metropolitana del Valle De Aburrá”, presentado a mediados de 2016. Aún se desconoce la fecha de reanudación de las excavaciones en La Escombrera.
“¡Sí a la paz, sin desaparecidos!”
Las víctimas que hoy conmemoran los 14 años de la Operación Orión siempre apoyaron el Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno y las Farc. Desde que se convocó al plebiscito hicieron campaña con el lema “¡Sí a la paz, sin desaparecidos!” Y hoy, cuando han transcurrido más de 15 días desde que el 50,21% de los votantes rechazó el Acuerdo, ellas claman porque se implemente ya, pues ven en él una gran oportunidad para saber qué ocurrió con sus seres queridos y para que se les reconozcan sus derechos.
Dentro de los compromisos acordados en La Habana, el Gobierno y las Farc anunciaron el 17 de octubre de 2015, en el Comunicado Conjunto # 62 -ratificado en el Acuerdo Final que los colombianos rechazaron-, que se pondrían en marcha medidas humanitarias de búsqueda, identificación y entrega digna de restos de personas dadas por desaparecidas.
Marta Soto, integrante del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), asegura que este anuncio “era lo más esperanzador que habíamos tenido los familiares de las víctimas de desaparición forzada en toda la historia de este país, ningún proceso de paz, ninguna otra instancia en Colombia había hablado de la desaparición forzada de una manera tan seria como se hizo en los Acuerdos de La Habana”. Por eso este año la consigna fue “¡Orión Nunca Más! ¡Sí y siempre la paz!”.
En un comunicado del 14 de octubre, el grupo de Mujeres Caminando por la Verdad expresó: “Con dolor vimos que muchos votaron en contra de la paz, desconociendo lo que hemos sufrido las víctimas en la guerra. Pero nuestro dolor ha sido mayor al ver que quienes se oponen a la paz son los mismos que llenaron de sangre y dolor nuestras vidas, nuestras familias y nuestros barrios. Hoy le recordamos al mundo que quien planeó y ordenó la Operación Orión fue el expresidente Álvaro Uribe Vélez, el mismo que, irrespetando la memoria de las víctimas, exige cárcel para los guerrilleros de las Farc e impunidad para los militares responsables de las graves violaciones a los derechos humanos.”
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