Olvido y memoria: un tema por resolver del que habló Eufrasio Guzmán

La discusión sobre la pertinencia o no de la memoria en medio de un conflicto inacabado como el colombiano es un tema espinoso

Por Elizabeth Otálvaro

Varias son las posiciones con respecto a la pertinencia de la memoria: algunos encuentran en la memoria beneficios terapéuticos que contribuyen al enriquecimiento de la vida social, mientras que otros la conciben como una amenaza que podría avivar rencores e impedir la reconciliación.

Por esta razón, la academia está llamada a ser un observatorio de fenómenos como la emergencia de la memoria para la superación del conflicto armado. El pasado 10 de agosto, el profesor y filósofo Eufrasio Guzmán puso sobre la mesa tal controversia en el conversatorio que inauguró el Diploma en Periodismo y Memoria Histórica, ofrecido por la Universidad de Antioquia y la DW Akademie.

Retomando a David Rieff y su ensayo “Contra la memoria”, Guzmán versa sobre la importancia del olvido, dice en su discurso que “la desmemoria hace parte fundamental del funcionamiento selectivo de la memoria individual y la memoria colectiva”, y así sentencia la necesidad de combinar de manera justa la memoria y el olvido, tal como lo plantean otros autores que citó en su conferencia, entre ellos Freud, uno de los más grandes intelectuales del siglo XX, cuyos pensamientos surgieron cuando la primera guerra mundial ya permitía este debate.

Por su parte, Adela Ortega, integrante de la Corporación Lluvia de Orión y Óscar Cárdenas, del Colectivo Raíces de la Comuna 3, quienes también hicieron parte del conservatorio, resaltaron la importancia de la memoria en los procesos comunitarios que han liderado, reafirmando lo que ya el profesor también mencionaba: “sino activamos la memoria nos erosionamos y nos convertimos en víctimas de cualquier clase de atropello”.

Compartimos algunas de las conclusiones más importantes de la conversación inaugural del Diploma en Periodismo y Memoria Histórica, que iniciará el próximo lunes 22 de agosto.

Las inscripciones estarán abiertas hasta el 20 de agosto. Más información aquí.

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Eufrasio Guzmán:

“La memoria tiene una función vital: en el caso del individuo, es indispensable para el mantenimiento de las condiciones básicas de la vida; y, por supuesto, la analogía es completamente válida para una sociedad”.

“El olvido cumple una parte muy importante en todo proceso. La memoria y el olvido están estrechamente asociados. El psicoanálisis tuvo una piedra angular cuando Freud descubrió que es tan importante lo que recordamos como lo que olvidamos. Inexcusablemente tratamos de olvidar la mala experiencia, el dolor, la crueldad, así seamos víctimas o victimario. En ese punto, hay que tener en cuenta la singularidad de la memoria”.

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Eufrasio Guzmán:

“El caso de la memoria colectiva es mucho más complejo. Todo lo dicho sobre la memoria individual se amplía, se dramatiza, se complica y se convierte en una prueba de fuego para la existencia colectiva. Me apoyo en Rieff que dice que la memoria colectiva como tal no existe, solo existe la memoria personal. La memoria colectiva es la historia que la gente dice sobre sí misma, sobre su familia o sobre su país Si la memoria colectiva es una construcción, hay que saber a qué cosas le vamos a dar prelación, qué cosas vamos a seleccionar. La memoria colectiva construida puede ser enormemente destructiva en la historia de las naciones, y los ejemplos abundan: la manipulación de la memoria colectiva para engañar, para mantener el poder, para acrecentar la riqueza, para someter a las comunidades ha sido el pan de cada día”.

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Óscar Cárdenas, Colectivo Raíces de la Comuna 3: 

“En términos de memoria, el Colectivo Raíces nos llevó a entender que en la Comuna 3 hay muchos conflictos y expresiones de resistencia frente al olvido. ¿Cómo reconstruir la historia de unos barrios que siempre han sido excluidos de la ciudad?, es la pregunta que ha acompañado nuestro trabajo. Hasta ahora hemos entendido que la reconstrucción de la memoria permite que las comunidades exijan su derecho a pertenecer a la ciudad, conservando sus tradiciones y convicciones”.

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Adela Ortega, Lluvia de Orión:

“Vivimos tantas cosas y tan fuertes que era imposible quedarse con ellas. Había que narrarlas y transformarlas. Ese es el sentido que tiene Lluvia de Orión: ¿cómo poder poner creativamente al servicio de lo colectivo eso que nos atravesó completamente la vida?”.