Un cómic, ganador de la beca de creación de Idartes, en Bogotá, refleja las memorias de un hombre que combatió tanto en las FARC como en las AUC y ahora busca una nueva vida en su proceso de reintegración.

Por: Adrián Atehortúa
Fotos: archivo particular

“Este man está muy loco”, fue lo primero que pensó Camilo Conde, artista visual y docente bogotano, cuando conoció al hombre que inspiró Mostrillo, el cómic que lanzó junto al Colectivo de Expresionismo Abstracto Barba Azul, de la Universidad Jorge Tadeo de Bogotá. “Yo había pasado mucho tiempo estudiando la violencia desde la academia, mi tesis fue sobre ese tema, hasta entrevisté a Fals Borda… Pero cuando escuché a este man hablar, todo eso se me tumbó”, recuerda.

En 2010, Camilo Conde trabajaba con el Programa de Atención al Proceso de Desmovilización y Reintegración (PAPDRB) haciendo proyectos artísticos que atendieran a excombatientes y desmovilizados, tanto guerrilleros como paramilitares. Por esos días colaboraba en la producción del documental Ciro y yo de Miguel Salazar —que cuenta la historia de Ciro Galindo, un campesino golpeado múltiples veces por la violencia del conflicto en Colombia— y por eso buscaba a exmiembros de ambos bandos para una ceremonia que sería parte de una escena de la película.

En su búsqueda se encontró con un hombre que tenía más o menos 28 años, pinta de metalero o algo parecido y se ganaba la vida repartiendo periódicos en el cruce de la avenida Las Américas con Boyacá por 5 mil pesos al día. Camilo le explicó para qué lo requería y se llevó una sorpresa cuando el hombre le respondió con desparpajo: “pues yo le serviría mucho porque estuve en las FARC y en las AUC”.

En sus años de trabajo con excombatientes Camilo no había oído de un caso similar. En efecto, el hombre colaboró con la producción y de ahí nació una amistad entre ambos.

Desde entonces, y como en una especie de terapia, el excombatiente le contó al artista todas las cosas por las que había pasado. Casi seis años después, con más de veinte horas acumuladas de grabaciones con sus anécdotas, se juntaron con Juan Alberto Conde, escritor, hermano de Camilo, y decidieron poner todas esas historias en un cómic.

El trabajo se publicó en 2019 gracias a una beca que ganaron con el Instituto Distrital de Artes de Bogotá y lleva como título el alias con el que conocieron tanto en las FARC como en las Autodefensas Unidas de Colombia a su protagonista: ‘Mostrillo’.

Camilo confiesa que el comic tiene más ficción que realidad, pero la historia ocurrió y sigue ocurriendo en todos los rincones de Colombia. El niño tenía 10 años, creció en un rincón de campo de alguna región remota del país donde nunca llegó algo parecido al Estado (el Pacífico, el Llano, la Costa, el Eje Cafetero, no se sabe) y la vida en el hogar era poco más que un infierno. La única alternativa en ese panorama para conservarse con vida era formar parte de la guerrilla. Si quería ingresar o no, es otro cuento, pero el niño terminó en las filas de las FARC.

Recibió todas las instrucciones de combate, le enseñaron a defenderse en la selva y bajo las peores circunstancias y, años después, cuando ya era un adulto y uno de los mejores en el frente, cambió de grupo y se unió a las Autodefensas Unidas de Colombia.

Para entonces, en uno y otro bando lo conocían con el alias de ‘Mostrillo’ y, al parecer, no era para menos. Cuando las AUC se desmovilizaron tenía poco más de veinte de años y era una máquina de matar que ya no se necesitaba. Terminó en la capital bajo la supervisión de la Agencia Colombiana de Reincorporación viendo cómo se ganaba la vida. Una nueva vida. Y entonces conoció a Camilo Conde.

“El proceso fue largo, complejo… no sabíamos qué hacer, si una serie, si un cortometraje. Al final decidimos hacer un cómic porque también nos permitía reservar la identidad de Mostillo. Los cómics que hay sobre el conflicto armado son muy apegados a la realidad, pero nosotros queríamos que se reflejara la versión que ‘Mostrillo’ tiene de sí mismo, sus percepciones contadas con honestidad. Es una historia muy increíble, que recorre el conflicto, pero desde el punto de vista del actor del conflicto”, explica Camilo.

El cómic, a blanco y negro, abarca cuatro entregas de las cuales la primera ya está disponible para el público y la segunda está en producción y actualmente busca un distribuidor. Ha sido presentado en dos conversatorios en Bogotá e hizo parte de la curaduría del 45 Salón Nacional de Artistas. Puede adquirirse contactando directamente a sus autores o al colectivo Barba Azul de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.