Ocho meses después de evidenciar el deterioro en la infraestructura del Salón del Nunca Más por cuenta de la humedad, volvimos a Granada para conversar con la asociación de víctimas de ese municipio. Poco a poco, empiezan a llegar las ayudas para restaurar su lugar de memoria.

Por: Esteban Tavera

Foto: archivo Hacemos Memoria

Los daños ocasionados por la humedad en las paredes del Salón del Nunca Más de Granada, hicieron que durante 2018 las víctimas de ese municipio alzaran una voz de alerta en procura de ayudas para restablecer la infraestructura del edificio.

La petición estuvo acompañada de una campaña virtual de recolección de fondos, un llamado a entidades amigas que en el pasado apoyaron el sostenimiento de ese espacio y una vehemente solicitud a las autoridades locales para que reafirmaran su compromiso con las memorias del municipio. A finales de 2018 las ayudas empezaron a llegar.

La campaña emprendida a través de la plataforma virtual Vaki recolectó 5,4 de los 20 millones que esperaban. De ese dinero, descontando los impuestos bancarios, al Salón le llegarán 4,7 millones de pesos que pueden ser usados para la reimpresión de algunas fotografías y diseños que se han deteriorado por cuenta de la humedad o para producir nuevos contenidos que refuercen la exposición.

Para Gloria Quintero, víctima del conflicto armado que por casi una década ha liderado el trabajo del Salón del Nunca Más, aunque la campaña no bastó para financiar todas las intervenciones que requiere el lugar, sí es un primer impulso para iniciar con los arreglos y, además, sirvió para que muchos manifestaran su apoyo. “Mucha gente me escribió al WhatsApp mostrándome la foto de la consignación y me decían que lo hacían porque querían mucho el espacio, porque les había servido para sus estudiantes o para su trabajo personal, e incluso para su misma labor de duelo. Ahora, debemos procurar porque ese dinero se invierta para el bienestar del espacio”, manifestó Quintero.

Por su parte, Gloria Ramírez, otra de las lideresas de la Asociación de Víctimas Unidas de Granada (Asovida), dijo que aunque era necesario acudir a este tipo de acciones que movilizaran a la comunidad, la responsabilidad por el sostenimiento del Salón recae principalmente en la Alcaldía Municipal. “Yo le manifesté a Omar Gómez, el alcalde, que me parecía aterrador tener que estar pidiendo limosna por internet para arreglar un espacio del cual también se beneficia la Administración Municipal. Además de eso, la política pública de víctimas es clara en que debe haber un presupuesto público fuerte para la cultura, la memoria y las víctimas, pero de eso no se ve absolutamente nada. A raíz de ese reclamo, la Administración se comprometió con unos dineros y prometió darle más espacio al Salón para nuevas expresiones de memoria”, aseguró Ramírez.

Ese apoyo ofrecido por la Alcaldía fue confirmado por Raúl Vélez, secretario de Gobierno de Granada, quien aseguró que para la Administración Municipal es muy importante que las acciones que se hagan contemplen toda la estructura física de la Casa de Cultura, que es el lugar en donde se encuentra el Salón del Nunca Más.

Otra personas que escuchó el llamado de solidaridad por el Salón del Nunca Más fue el fotógrafo Esteban Valencia Patiño, quien donó la exposición El mito hecho realidad, una muestra de seis series fotográficas que narran las historias de seis víctimas del conflicto armado. Foto: Salón del Nunca Más.

“En el presupuesto de este año se destinó un rubro de 30 millones de pesos para los arreglos de Casa de la Cultura, con los que se verá beneficiado el Salón. Ya tenemos un diseño previo de la Universidad San Buenaventura y estamos a la espera de unos estudios arquitectónicos más profundos que nos digan cuál debe ser la intervención, porque cualquier acción que se haga, debe ser para toda la estructura de la Casa. Esperamos que de aquí a diciembre se hagan las reparaciones y se le asignen nuevos espacios al Salón del Nunca Más”.

Otra de las entidades que acudió al llamado que hicieron las víctimas de Granada fue la Asociación Confraternidad Carcelaria, una organización religiosa que apoya acciones de reconciliación entre víctimas y victimarios, y la promoción de la justicia restaurativa.

El apoyo que ofreció esta entidad apunta en dos direcciones: por un lado, planean intervenir las paredes afectadas por la humedad con un proceso de impermeabilización. Este trabajo costaría entre 15 y 20 millones de pesos, según Jorge Enrique Rivera, director nacional del Programa de Comunidades Restaurativas, de la Asociación Confraternidad Carcelaria. La obra iniciaría la primera semana de febrero y concluiría el 22 de ese mes.

Por otro lado, esa misma entidad ofreció aportar a las memorias del Salón a través de un proceso que pretende reunir en un mismo espacio a un grupo de excombatientes y de víctimas. En la iniciativa se utilizará una metodología de justicia restaurativa denominada “el árbol sicómoro”, y esperan que participen víctimas de crímenes cometidos por el Ejército Nacional y un grupo de exmilitares condenados y presos en el batallón Pedro Nel Gómez de Medellín. Como resultado del diálogo, esperan dejar una exposición fotográfica y videográfica que se sumará a los contenidos con los que ya cuenta el Salón.