Con cinco obras realizadas por tejedoras de los municipios antioqueños de Argelia, Nariño, Cocorná, San Francisco y Medellín, la Facultad de Enfermería reconoce la fuerza del tejido como un lenguaje de paz, que permite soñar y construir en los territorios.

Por: Juan Diego Restrepo Toro – UdeA Noticias
Fotos: cortesía Mateo Valderrama para UdeA Noticias

Tanto las palabras tejido como texto provienen de un mismo origen etimológico, del vocablo latín ‘texere’, y ambos se refieren a un entramado. “El tejido tiene una potencia que puede rebasar a la palabra escrita”, dice Beatriz Arias, docente de la Facultad de Enfermería e integrante de la Red de Tejedoras de Antioquia, “en términos de forma, composición y color, el tejido nos pone a pensar en la diversidad de los lenguajes y en las oportunidades a la hora de que las personas conversen sobre la memoria, la paz o la salud mental en los territorios”.

Usando sus dedos y habilidades con lana, aguja e hilo, distintas mujeres tejieron colectivamente cinco piezas que conforman la exposición Mi territorio, mi manto de colores, parte del proyecto ganador de la convocatoria Buppe de extensión universitaria, Tejer a varias manos: pedagogía para diseñar planes de vida territorial, de la Facultad de Enfermería .

El trabajo consistió en que cada grupo de participantes tejiera su visión de los distintos territorios a partir de cómo los viven y los sueñan. ¿Cuál es la memoria que guardan los territorios? Fue una de las preguntas orientadoras para las participantes. Según Arias, una señora que participó decía: “este es el manto de los sueños y conflictos, pero también de las lamentaciones”.

Como texto, los tejidos dan cuenta material de lo que significan los territorios para mujeres campesinas en Argelia, Nariño, Cocorná y San Francisco, y para mujeres de Medellín, muchas de ellas desplazadas de zonas rurales por el conflicto armado.

“Lo interesante es que dejan unas huellas de cómo transitan, construyen y sueñan los territorios en un momento de una supuesta construcción de paz. Pero una cosa es la retórica de la paz y otra la paz como un hecho concreto”, reflexiona Arias, para quien estas son piezas itinerantes que están en proceso, pues otras personas pueden seguir construyéndolos.

Foto: cortesía Mateo Valderrama para UdeA Noticias

Foto: cortesía Mateo Valderrama para UdeA Noticias

Dos de esas mujeres participantes son Amparo y Marleny, quienes hacen parte del colectivo de Tejedoras de Argelia. Su trabajo quedó documentado en este video, en el que se relatan distintas experiencias de tejido en el país y en el que se puede ver que el tejido no es solamente una metáfora, sino un impulso estético para entender eso que hacen en lo cotidiano, pues allí aparecen Amparo y Marleny en sus actividades diarias, como coger café.

Esa manera de comunicar a través del tejido les permitió a las participantes discutir sobre memoria, territorio, paz y salud mental, e hicieron el esfuerzo por «visoñar» el territorio, una mezcla entre la visión y los sueños.

A partir de la conversación, como en todo costurero que se respete, las mujeres (y algunos hombres que participaron) dieron materialidad a sus ideas, superando a veces el nudo en la garganta que se forma al referirse al conflicto armado.

Tras la discusión, las participantes definieron qué objetos querían tejer y cómo tejerlos. “Lo curioso es que en un caso como el de Argelia, donde ha habido conflicto armado, distintas formas de violencia, corrupción y exclusión, ellas lograron expresar la exuberancia de sus sueños, a tal punto que el tejido no alcanzaba y hubo que agrandarlo”, relata Beatriz Arias, “el tejido permite superar las limitaciones de la palabra hablada y escrita en contextos de bajo nivel educativo y marginación”.

Según la profesora Arias, el mayor aprendizaje del proyecto es que es es una pedagogía muy potente y está en proceso: “estas piezas van a tener mucho más vuelo, nos inspira a seguir contando historias y tiene un valor inmenso por su carácter colectivo”.

En este proceso han participado la Alma Máter, la Red de Tejedoras de Antioquia, la Asociación Campesina de Antioquia, distintas organizaciones, y mujeres y hombres de diferentes edades. “Seguimos en los procesos de fortalecimiento de la Red, con la Dirección de Regionalización estamos trabajando en la zona páramo y la idea es que el tejido sea una narrativa central”.

A propósito de la celebración del Día del Idioma Español, la Facultad de Enfermería será un lugar de encuentro para las tejedoras de distintos municipios que expondrán su trabajo y conversarán con un grupo de mexicanos que tejieron El campo, mi manto, una pieza que fue intervenida en distintos lugares de ese país. Las obras estarán expuestas en la Facultad de Enfermería hasta el 27 de abril.

Foto: cortesía Mateo Valderrama para UdeA Noticias

Foto: cortesía Mateo Valderrama para UdeA Noticias