Este año el trabajo del Centro Nacional de Memoria Histórica está enfocado en hacer realidad el sueño de tener, para el primer semestre del 2020, un Museo que se ocupe de honrar a las víctimas del país.


Por Elizabeth Otálvaro
Foto de apertura: Arquitectura: Pacheco Estudio de Arquitectura + Estudio. Entresitio. Imagen: Poliedro Estudio

Después de treinta y cinco talleres regionales y cinco nacionales, en trece territorios del país, el Museo Nacional de Memoria Histórica ya fue, por lo menos, imaginado por cientos de víctimas, líderes, jóvenes, niños, mujeres y hombres que han participado con sus ideas en la planeación colectiva de un espacio para reconocer, reflexionar y debatir sobre las causas del más reciente conflicto de los colombianos, así como para darle lugar al reconocimiento de iniciativas de memoria que se construyen en todo el territorio nacional.

Es preciso recordar que la Ley 1448 de 2011 le ordenó al Centro Nacional de Memoria Histórica crear y administrar un Museo de la Memoria como medida de reparación simbólica para las víctimas de la sociedad colombiana. Es por eso, que a pocos meses de terminarse la vigencia del Centro, están concentrados en dos direcciones que conservaran el legado del CNMH cuando ya no exista: la consolidación del Archivo de Derechos Humanos y la construcción del Museo Nacional de Memoria Histórica. El trabajo de este último se divide por ahora en dos frentes: concretar su realidad física y precisar el guión conceptual.

¿Qué ha pasado?, ¿por qué ha pasado?, ¿quiénes son las víctimas? y otras preguntas alrededor del conflicto armado, serán las que el Museo Nacional de Memoria Histórica intentará responder. Foto: Juan Pablo Daza para el CNMH.

¿Qué ha pasado?, ¿por qué ha pasado?, ¿quiénes son las víctimas? y otras preguntas alrededor del conflicto armado, serán las que el Museo Nacional de Memoria Histórica intentará responder.  Foto: Juan Pablo Daza para el CNMH.

La construcción material

El concurso arquitectónico con mayor número de propuestas en la historia del país dejó como resultado los diseños finales de lo que será el Museo Nacional de Memoria Histórica. De las 72 propuestas, la ganadora lleva por nombre “Entre la Tierra y el Cielo”, de la firmas MGP Arquitectura & Urbanismo de Colombia y Estudio Entresitio de España.

El Museo se construirá en el corazón de la capital, en un predio sobre la Avenida El Dorado, justo detrás del Centro Administrativo Distrital. Según Luis Carlos Sánchez, director del Museo, esto ha retrasado los trámites requeridos impidiendo que al día de hoy se cuente con la licencia de construcción. Sin embargo, esperan que para mediados de este año puedan comenzar las obras y cumplir así el cometido de tener el espacio listo en el primer semestre del 2020.

Frente a la inquietud por la financiación de las obras, Sánchez enfatiza en que los recursos están asegurados. Como parte de tranquilidad, el 20 de noviembre del 2017, se dio la declaratoria de importancia estratégica del Museo Nacional de Memoria a través del documento Conpes 3909 y se aprobó la vigencia futura con la cual quedaron atados los recursos para la construcción física.

Proceso de producción de contenidos para el Museo. Foto: Juan Pablo Daza para el CNMH.

Proceso de producción de contenidos para el Museo. Foto: Juan Pablo Daza para el CNMH.

Un guión museológico construido a mil manos

En 1.200 metros cuadrados estará lo que Cristina Lleras, doctora en museología de la Universidad de Leicester y coordinadora de la exposición “Voces para transformar a Colombia», considera un viaje por distintos territorios para trascender los hechos violentos y narrar los grandes problemas en torno al conflicto armado que, aún hoy, persiste en algunos de los lugares que serán protagonistas, como es el caso del Catatumbo, la Sierra Nevada de Santa Marta, el Magdalena Medio, el Urabá, el Atrato, las Ciénagas del Caribe y el Putumayo.

Son tres ejes narrativos los que eligieron para constar nuestra memoria: el agua, la tierra y el cuerpo. “En Tierra se trabajará el despojo, el desplazamiento y las luchas por la tierra, así como algunos efectos del narcotráfico y avances en materia de restitución. En el caso del Cuerpo tratamos de equilibrar la relación que hay entre conflicto armado y estigmatización, luchas de individuos y comunidades, para dignificar a las víctimas y también para promover agendas democráticas; y en el Agua, como fuente de vida pero también como conexión de territorios, trataremos los daños de la guerra desde el punto de vista medioambiental”, explica Sánchez.

Parece un museo imaginado, pero lo cierto es que ha sido construido socialmente uniendo muchas voluntades a lo largo y ancho del país. Ahora, su gran reto está por comenzar, pues al preguntarse ¿para qué un Museo?, ellos mismos, el Centro de Memoria Histórica, ha establecido que será para “movilizar el pensamiento crítico frente a la construcción de democracia”, una tarea nada fácil en un país con heridas por cerrar y con otros conflictos sin tramitar, pero posible, si se mira como pretende este nuevo espacio de memoria, a aquellos esfuerzos de las comunidades para enfrentarse a los hechos más dolorosos a través del arte y distintas iniciativas de reconciliación.

Durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FilBo), del 17 de abril al 2 de mayo, el Museo Nacional de Memoria Histórica probará el guión museológico. Esto con la idea de que el resultado final sea un producto que cuente con los aportes de muchos colombianos. Para ello invitaron a 150 personas de los territorios que dinamizarán la exposición, que estará abierta a todos los visitantes de la FilBo.

Montaje de la exposición “Voces para transformar a Colombia”, coordinada por Cristina Lleras. Estará abierta al público durante la Feria del Libro en Bogotá. Foto: Juan Pablo Daza para el CNMH.

Montaje de la exposición “Voces para transformar a Colombia”, coordinada por Cristina Lleras. Estará abierta al público durante la Feria del Libro en Bogotá. Foto: Juan Pablo Daza para el CNMH.