El Proyecto Hacemos Memoria de la Universidad de Antioquia y la Deutsche Welle Akademie invitan a periodistas, comunicadores, gestores sociales y profesionales de las ciencias sociales, humanidades y artes a inscribirse en la tercera cohorte del Diploma en Memoria Histórica, que se desarrollará entre el 24 de julio y el 27 de septiembre en Medellín.
Desde que Colombia comenzó a transitar hacia la paz con el proceso de negociación entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc, varios académicos y periodistas han advertido sobre el riesgo de que en el país se abra “una guerra por la memoria”. Una amarga continuación de la confrontación armada por medios narrativos que, según Álvaro Sierra, maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), “podría seguir atizando el odio y sus justificaciones” y cuyo antídoto, señala, es “la memoria misma”.
Una memoria que, de acuerdo con Sierra, “es la de un empate, desigual, pero en el que las partes aceptaron la imposibilidad de la derrota final del contrario. Eso hace más difíciles la construcción de interpretaciones comunes del pasado, el reconocimiento de lo que pasó y su apropiación masiva por la sociedad. Compiten las verdades ‘heroicas’ de los militares, el Estado y las Farc, la verdad punitiva de la oposición, las voces y demandas de las víctimas. De allí el riesgo de que terminen enfrentadas. Pero, también, las posibilidades de convivencia pacífica en la pluralidad”.
¿Cómo lograr entones que la memoria, en lugar de instrumento de venganza, se convierta en herramienta de reconciliación y aliada de la construcción de paz en el país? Frente a esta pregunta, los egresados y profesores de la primera y la segunda cohorte del Diploma en Periodismo y Memoria Histórica encontraron una pista: la memoria es un bien común en disputa que no solo le compete a las víctimas, a los testigos, a los victimarios y a los profesionales de la información, sino a todos aquellos gestores académicos, sociales y comunitarios interesados en cómo son y serán comprendidos los hechos del pasado desde el presente y el futuro, punto de partida indispensable para la restauración de una esfera pública de derechos.
Por esta razón, según Patricia Nieto, directora del Proyecto Hacemos Memoria, “este año quisimos enfocarnos más en las ciencias sociales y no exclusivamente en el periodismo, para ofrecer una tercera cohorte que integre miradas interdisciplinares desde la psicología, la sociología, la ciencia política, el derecho, las artes, la música y la puesta en escena, entre otros, para acercarnos a esa comprensión de la memoria como herramienta de reconciliación”.
Estudiantes de la segunda cohorte del Diploma en Periodismo y Memoria Histórica
Los diez módulos que integran el Diploma mantendrán fijas las temáticas de conocimiento y profundización en torno a la memoria histórica como concepto, y al análisis de la historia y el contexto local, tanto del conflicto en Medellín como en Colombia, e incluirán temas nuevos como el trauma y el efecto psicológico de la violencia organizada en víctimas y victimarios, y las relaciones y experiencias entre arte y memoria.
Margarita Isaza, coordinadora de Hacemos Memoria, señala que habrá una experiencia internacional invitada como en las dos cohortes anteriores. “En la primera fue la experiencia de Alemania, el año pasado tuvimos la de Argentina y en esta ocasión quisimos invitar a Guatemala, porque creemos que tenemos mucho para aprender de su proceso de posconflicto y construcción de memoria. Nos acompañará Gustavo Meoño Brenner, abogado, defensor de derechos humanos y director del Archivo Histórico de la Policía Nacional de Guatemala, quien dictará el módulo de recuperación de la memoria histórica y el derecho a la verdad a partir del caso del conflicto armado en su país”.
Cuatro profesores que participarán en la tercera cohorte del Diploma en Memoria Histórica nos cuentan cuál es el aporte de las ciencias sociales y humanas –particularmente desde cada una de sus disciplinas–, a la construcción de memoria histórica en un momento de transición a la paz como el que atraviesa el país:
Rousbeh Legatis. Profesional en sociología y en ciencia política con experiencias interculturales en posconflicto:
“La memoria es inherentemente un proyecto político, dado que se la construye en nuestras sociedades de manera colectiva y representa una trama de visiones del mundo, intereses y agendas. Es decir, sean sociedades en transición de su conflictividad violenta o democráticas, estamos hablando de un proceso negociador que se despliega a lo largo de estructuras verticales (jerarquías) y horizontales (inclusión participativa) entre una plétora de actores diversos. Dentro de un diálogo interdisciplinario sintonizado, son la sociología y las ciencias políticas ejercicios intelectuales que nos llevan a respuestas, cuestionamientos y comprensión de la legitimidad, reglas y lógicas sobre las cuales se construyen dichas narrativas, que, en consecuencia, moldean plantillas para la interpretación del pasado y la imaginación de un porvenir, aquello que se llama ‘recordar hacia adelante’ (remembering forward)”.
Catalina María Puerta Henao. Abogada, estudiante de doctorado en Historia y docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia:
“Analizar el lugar que las víctimas ocupan en el proceso transicional colombiano implica problematizar múltiples expresiones asociadas a esta justicia en particular, entre ellas los derechos a la verdad, la justicia, la reparación, y de un modo especial, la memoria. Es así como a partir de un análisis de la emergencia de las víctimas en perspectiva histórica y jurídica, podremos comprender esta figura como una construcción social, y la forma cómo la memoria ha adquirido un lugar protagónico en un contexto de desencanto de la justicia y las instituciones, al que ahora se suma una forma particular de paz que aparece como imperativo”.
Luz Amparo Sánchez. Antropóloga e investigadora de la Corporación Región:
“La antropología nos ofrece la posibilidad de ver el mundo más allá de las oposiciones y polarizaciones, nos ayuda a entender la paradoja y la diversidad. Con la situación actual de transición hacia la paz que atraviesa el país y con la consecuente emergencia de múltiples memorias, esta disciplina del saber nos ayudará a encontrarnos con los otros, a traducir sus mundos y a establecer puentes, así lo que prevalezca sea la diferencia, siempre desde el respeto, el entendimiento y anulando la posibilidad de eliminarnos. La necesaria mirada al pasado desde la antropología nos permitirá construir unas memorias basadas en la reconciliación y en el respeto a la diferencia, aprendiendo a convivir mejor con el conflicto”.
Sol Astrid Giraldo Escobar. Filóloga, especialista en Lenguas Clásicas y magíster en Historia del Arte:
“En un contexto como el de la reciente historia colombiana, el arte ha estado conminado a mirar de frente la violencia y las turbulencias sociales y políticas del país. Pero, además de registrar una sociedad fallida, ha logrado también convertirse en un valioso dispositivo de reflexión, resistencia y memoria. Más allá de los informes estadísticos forenses, del registro periodístico y documental, o del enfoque técnico de las ciencias sociales, el arte se ha ofrecido como una herramienta que puede complementar e incluso trascender muchas veces los límites de estos acercamientos. Debido a su naturaleza material y sensible, a su capacidad de producir experiencias y no solo relatarlas, y desde la amplitud del pensamiento simbólico ha logrado, más que ilustrar hechos o denunciarlos, propiciar un lugar inédito para la construcción y representación de la memoria».
«Por eso hoy el arte se convierte en una herramienta invaluable para mirar “lo que ha pasado”. Para darle un lugar en el presente a aquellos que han sido borrados, en contra vía de los intentos de los diversos actores y victimarios que hoy buscan dejar su versión de los hechos a expensas de otras verdades y otras voces. Es necesario conocer esos momentos en los que el arte ha logrado ofrecer otras posibilidades a los modos de hacer memoria. Mecanismo invaluable en unos tiempos de transición, en los que necesitamos mirar hacia atrás pero con estrategias que no nos conviertan en estatuas de sal. Es la ocasión entonces de revisar esas experiencias artísticas que ayudaron a que no desapareciéramos como sociedad, que registraron, denunciaron y resistieron. Y ahora están permitiendo construir las memorias individuales y colectivas que tanto se requiere para seguir adelante, en contra de la abolición del lenguaje y la historia a la que llevan los actos de poder y violencia extremos. Urgente tarea para estos tiempos».
El Diploma en Memoria Histórica es un programa académico que se propone fortalecer el conocimiento y la reflexión en temas de memoria histórica y cubrimiento del conflicto armado, desde una perspectiva que permita su incidencia en el debate público y la definición de políticas de paz. Está integrado por 10 módulos temáticos y tiene una duración de 160 horas (120 horas presenciales y 40 horas de trabajo fuera del aula).
Los módulos serán dictados los lunes, martes y miércoles, a partir del 24 de julio, en el horario de 5 a 9 p.m., en el Edificio de Extensión de la Universidad de Antioquia. El precio de inscripción para este programa académico es de $1.700.000, con descuentos para la comunidad académica de la U. de A. y grupos de inscritos.
ENLACE PARA INSCRIPCIÓN
Opción manual: Ingrese a la página http://reune.udea.edu.co y haga click en la sección Cursos y Eventos Académicos; allí, busque la opción Facultad de Comunicaciones, y elija Diploma en Memoria Histórica.
Puede consultar detalles y programación completa del Diploma aquí.