Estudiantes y profesores de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia desarrollan, desde el 2016, el proyecto “La paz es una obra de arte”. Esta iniciativa, en la que participan cuarenta presos de la cárcel de Itagüí, es un aporte a la construcción de paz y a la resolución de conflictos. En agosto de este año se exhibirán los resultados de este proceso creativo.

Por Juan Camilo Castañeda Arboleda y Esteban Tavera
Imagen: cortesía del proyecto «La paz es una obra de arte».

Bernardo Barragán, jefe del Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Antioquia, cuenta que en las primeras visitas que realizó con varios estudiantes de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia al Centro Penitenciario la Paz, en el municipio de Itagüí, encontró a los presos muy bien vestidos y con el cabello recién motilado, “como si fueran para misa porque con el proyecto “La paz es una obra de arte” encontraron una oportunidad que nunca habían tenido en la cárcel. Para ellos ir a los talleres es una ritualidad: pasar del patio, un lugar complejo, a un escenario en el que trabajan con expresiones artísticas”.

Los cuarenta presos que asisten a los talleres del proyecto “La paz es una obra de arte”, encuentran en este espacio la posibilidad acceder a las herramientas que ofrecen las artes visuales, la música y la danza para reflexionar sobre la memoria, la paz y la reconciliación. Además, asegura Bernardo Barragán, “el arte les permite sensibilizarse para que se apropien de lo que son y logren transformarse a sí mismos”.

El proyecto nació en 2016, cuando los profesores Johana Parra y Gabriel Mario Vélez diseñaron unos talleres artísticos para los niños de las zonas rurales de Medellín. Con esta experiencia, vieron la oportunidad de acercar el arte a las comunidades; además, los estudiantes de la facultad pusieron en práctica sus conocimientos.

Bernardo Barragán, que asumió la dirección del proyecto a mediados del año pasado, propuso llevar los talleres a la cárcel de Itagüí, lo que requirió un rediseño metodológico del proyecto. Desde entonces, “La paz es una obra de arte” se ha financiado con recursos de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia; además, cuenta con la labor voluntaria de los estudiantes que cursan la materia de prácticas artísticas y culturales; los insumos y espacios los disponen los internos y el INPEC.

Los diez estudiantes y tres profesores que hacen parte del proyecto van al centro penitenciario todos los jueves. Durante el primer año de trabajo, se han abordado tres componentes: sensibilizar, formar y crear. En el primero, los profesionales acercan a los reclusos, a partir de sus propias experiencias, a la memoria, la paz y la reconciliación, utilizado como medio didáctico los lenguajes del arte; en el segundo, desarrollan estos conceptos de una forma creativa; y, finalmente, representan en narrativas visuales los sentidos y prácticas adquiridos durante el proceso.

Para Kelly Agudelo, docente asesora del proyecto, el contexto actual del país en el que se le apuesta a una sociedad no violenta, obliga a que se construyan escenarios de paz en lugares que han sido excluidos, como las cárceles. “Con estas personas trabajamos mucho el concepto de memoria como base para la transformación, y estos aprendizajes se pueden comunicar a través del arte”, comenta Kelly.

En agosto del 2017, los trabajos artísticos se exhibirán en la cárcel de Itagüí y la Universidad de Antioquia. En la exhibición, se podrán las percepciones que tienen los presos sobre la paz, la memoria y la reconciliación.

En el siguiente video podrá conocer más detalles del proyecto “La paz es una obra de arte”.