A través de una sentencia fallada por el Tribunal Superior de Medellín el 27 de agosto de 2014, se les ordenó a las instituciones de Dabeiba promover un acto público de reparación en el que se honrara la memoria de las personas asesinadas por el grupo paramilitar Élmer Cárdenas. Las víctimas agradecieron el acto simbólico que se llevó a cabo el 29 de abril y recalcaron la necesidad de construir una paz completa en el municipio.

Por Esteban Tavera

En diciembre de 2001, un grupo de 200 hombres pertenecientes al Bloque Élmer Cárdenas de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá incursionó en el casco urbano de Dabeiba. Al frente de la operación estuvo Elkin Jorge Castañeda, quien había recibido la orden de Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, de «liberar al municipio» de la presencia histórica de las Farc y del Eln. Fue así como comenzó la confrontación entre las guerrillas y ese bloque paramilitar que hizo presencia en Dabeiba hasta su desmovilización en el año 2006.

De acuerdo con las cifras del Registro Único de Víctimas, en Dabeiba existen 14.524 víctimas del conflicto armado, y según la sentencia del 27 de agosto de 2014, en la que el Tribunal Superior de Medellín condenó a ocho comandantes del Bloque Élmer Cárdenas, esa estructura paramilitar asesinó al menos a once personas entre el 2001 y el 2006 en este municipio del Occidente antioqueño.

Con esta sentencia, basada en las versiones de los ocho paramilitares condenados, entre ellos Elkin Jorge Castañeda, las instituciones del municipio, en cabeza del alcalde Antonio José Lara, adquirieron la responsabilidad de promover un acto público de reparación en el que se les devolviera la dignidad a las víctimas y se pidiera perdón por la connivencia de la Fuerza Pública con el accionar paramilitar.

El acto se llevó a cabo el pasado 29 de abril con una marcha que atravesó la calle principal del pueblo y finalizó con una eucaristía al aire libre.  La placa de mármol en la que se leen los nombres de las víctimas que el Bloque Élmer Cárdenas dejó en Dabeiba se instaló en el atrio de la iglesia.

Quienes participaron en la conmemoración reconocen que los actos de reparación simbólica son importantes para honrar la memoria de las víctimas, pero insisten en la necesidad de que en el municipio se consolide una “paz completa”, pues temen que con la aparición de nuevos grupos en los territorios que antes ocupaban las Farc se repita el horror de la guerra en su comunidad.