La policía allanó la Universidad después de una jornada de protesta

El 23 de mayo de 1978, luego de numerosos disturbios en colegios y universidades públicas de Medellín, que llevaban cerca de 15 días protestando por un alza en los precios de los combustibles, la policía allanó la Universidad de Antioquia y causó daños avaluados en más de 350.000 pesos. Jaime Sierra, Gobernador de Antioquia en aquel momento, negó haber dado la orden de que la policía ingresara a la Universidad. 

Los disturbios de ese día comenzaron en la mañana, cerca del Instituto Pascual Bravo, en el occidente de la ciudad. Allí, un grupo de personas apedreó varios vehículos por la vía que conduce al barrio Robledo. Luego hubo protestas cerca del Liceo Marco Fidel Suárez, en el sector del Estadio, donde los manifestantes también lanzaron piedras a los buses que pasaban por la zona y se enfrentaron a la policía. 

Las tropas de la IV Brigada del Ejército retomaron el control de esa zona cuando los disturbios se concentraban en la calle 50 con carrera 70. Posteriormente, la policía asumió la vigilancia del sector, pero horas más tarde, en el norte de la ciudad, cerca del campus de la Universidad de Antioquia, un grupo de manifestantes comenzó a lanzar piedras y bombas molotov, e incendió un bus de servicio público. Según la edición de El Colombiano del 24 de mayo de 1978, aquel día fueron quemados tres vehículos: dos buses y un camión distribuidor de gaseosas. Incluso un carro de bomberos fue atacado con piedras cuando se acercó a extinguir uno de los incendios.

Fue debido al traslado de los disturbios a los alrededores de la Universidad de Antioquia que la policía terminó por allanar la Ciudad Universitaria. Según un comunicado que la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia envió al presidente de la república Alfonso López Michelsen, el 24 de mayo de 1978, “la fuerza pública allanó la sede de la Universidad de Antioquia arrasando con todo lo que a su vista se presentaba, llegó a dependencias tales como la Biblioteca y el propio Museo Universitario. Las Directivas estiman que solo los vidrios cuestan $350.000”.

Sobre esa acción, la misma nota de prensa de El Colombiano indicó que el entonces gobernador de Antioquia, Jaime Sierra, quien falleció en el 2004 a la edad de 74 años, negó haber propiciado el allanamiento: “En consulta que se hizo a la gobernación se dijo que el mandatario no lo había ordenado y que ni siquiera había pensado en ello hasta el momento, pues primero se recurriría a otros medios”. 

Hernán Rojo Fernández, quien fue director de Bienestar Universitario y miembro del Consejo Directivo de la Universidad de Antioquia entre 1975 y 1983, recuerda que los disturbios eran muy frecuentes, así como los intentos de entrada por parte de la fuerza pública, pero “la posición del Consejo Directivo era evitar a toda costa la toma de la universidad por parte de la policía y el ejército”. 

El allanamiento por parte de la policía terminó con destrozos “en las instalaciones de la biblioteca, el Museo, la Escuela de Música y otras dependencias de la Universidad”, como se lee en el acta del Consejo Directivo de la Universidad de Antioquia del 24 de mayo de 1978. En el texto quedó constancia del debate que tuvieron los decanos de las dependencias de la Universidad de Antioquia acerca de si debían o no cesar las actividades académicas, para proteger la infraestructura del campus y a la comunidad universitaria de posibles daños posteriores, por la coyuntura del momento.

Finalmente, el Consejo Directivo decidió suspender las actividades académicas de la Universidad solo hasta el lunes 29 de mayo, “con el fin de poder reparar los destrozos causados por la fuerza pública en las instalaciones de la Ciudad Universitaria”, según anunció en un comunicado. Ese día, el Consejo Directivo se volvió a reunir para hacer un balance de cada dependencia y discutir de nuevo un posible cese de actividades, como se lo solicitó vía telefónica el gobernador, Jaime Sierra, al rector de la Universidad de Antioquia, Eliseo Moreno. Durante la reunión, los miembros del Consejo declararon que la situación en cada una de sus dependencias era normal.

No obstante, con ocho votos a favor y tres en contra, el Consejo decidió decretar el cese de actividades académicas de la Universidad hasta el 12 de junio. Uno de los votos en contra fue el de Álvaro Gaviria Ortiz, decano de la Facultad de Ingeniería, donde aún es profesor. Pese a que su posición fue derrotada, Gaviria consideró que no había razones válidas para determinar un receso, y que además con esa decisión el Consejo Directivo perdería su autonomía en el manejo del campus y crearía así un “peligroso” precedente para cerrar la Universidad en el futuro, como se lee en el acta del Consejo Directivo de la Universidad de Antioquia, del 24 de mayo de ese año. 

50 AÑOS DE VIOLENCIA Y RESISTENCIA
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