La Comisión Especial de Reestructuración presentó un manifiesto sobre la crisis universitaria

El 30 de octubre de 1985 la Comisión Especial de Reestructuración de la Universidad de Antioquia, creada un mes antes para evaluar y proponer salidas a la inestabilidad que vivía la Universidad de Antioquia, publicó 13 tesis para la transformación de la institución. Estas se centraban en las dificultades para desarrollar con normalidad las actividades académicas y en la necesidad de enfocar el quehacer universitario hacia la excelencia intelectual. 

Las tesis propuestas por el Comité, que aparecieron publicadas el 30 de octubre de 1985 en el periódico El Colombiano, en el artículo titulado “Comisión especial presenta tesis sobre la Universidad”, fueron las siguientes: “1. Concebir la Universidad de Antioquia como una institución pública cuya razón de ser es responder a la necesidad social de conocimiento en sus niveles más altos. 2. Concebir que el objetivo primero de la Universidad es el cultivo, el desarrollo y la creación de conocimientos altamente clasificados. 3. Considerar que la función social de la Universidad es inseparable de la búsqueda de su fin primordial. 4. Considerar que el carácter regional de la Universidad la compromete a mostrar especial preocupación por los problemas particulares de su región y área de influencia. 5. Asumir los principios éticos que regulan las formas de comportamiento social y que son necesarios para la convivencia humana en las relaciones y prácticas inherentes a la vida universitaria. 6. Pensar que entre los valores que hay que transmitir están los de responsabilidad social y responsabilidad política, unidos a una sólida y rigurosa formación profesional. 7. Considerar el trabajo de investigación en la Universidad junto con la docencia como las actividades fundamentales del quehacer académico. 8. Considerar como política importante de la Universidad el estímulo permanente a todas las actividades creativas, estén o no relacionadas directamente con sus programas académicos. 9. Considerar que los profesores sean los primeros en encarar los criterios de excelencia académica y los pioneros en la búsqueda de los más altos niveles de conocimiento. 10. Considerar que, por su carácter público, la Universidad no podrá cerrar sus puertas a nadie en razón de algún tipo de discriminación económica, social, política, religiosa o étnica. 11. Considerar que los estamentos universitarios tienen derecho autónomo a organizarse y a conformar sus respectivos gremios. 12. Considerar necesario que el Estado asuma un compromiso explícito con la universidad pública en el que a esta se le reconozca su autodeterminación relativa al manejo de su destino académico. 13. Considerar que la única política administrativa admisible en la universidad es aquella que propicie el trabajo intelectual y el desarrollo académico de la institución”.

La Comisión empezó a funcionar el 27 de septiembre de ese año, por determinación del Consejo Superior Universitario, que en la resolución 141 del 27 de septiembre de 1985 argumentó a favor de su creación con base en la situación de orden público de la Universidad y las dificultades para el desarrollo de las actividades académicas en calendario normal. El documento señala que “las frecuentes interrupciones de la programación académica a que se ha visto sometida la Universidad en los últimos doce años, solo le han permitido hacer 1.2 semestres por año”. 

Esa misma resolución enumera varios “hechos graves” cometidos contra las instalaciones de la Universidad entre septiembre de 1984 y septiembre de 1985, entre ellos, las dieciocho veces que estallaron bombas dentro de la Universidad y las dos ocasiones en las que encapuchados incendiaron camiones y buses de servicio público. 

La Comisión estaba conformada por los vicerrectores y los directores de las unidades administrativas, una persona en representación de cada unidad académica, elegida por los profesores, y un representante de la Asociación de Profesores. Roberto Ojalvo Prieto fue el secretario general de la Universidad de Antioquia en 1985 y hoy dirige el Museo de Antropología del municipio de Jericó; según recuerda, la comisión “sesionó con mucha asiduidad siempre en el Salón de los Consejos de la Ciudad Universitaria”.

Esas jornadas duraron cerca de dos meses, narra el ingeniero Químico Juan José Echeverri, quien fue docente en la Universidad entre 1953 y 2011, y fungió como representante de la Facultad de Ingeniería en esa Comisión. Echeverri recuerda que, para empezar, se le pidió a cada representante hacer un informe detallado de la situación académica en su respectiva dependencia. Después, la Comisión se dividió en subcomisiones que se encargaron de elaborar diagnósticos para luego crear las propuestas de mejoramiento.

Pero la necesidad de repensar la Universidad tenía eco en las voces de muchos profesores y empleados administrativos desde antes. En 1983 el entonces rector Darío Valencia Restrepo presentó a la comunidad universitaria un documento titulado “Hacia un proyecto de universidad”, en el que planteó la necesidad de un nuevo proyecto universitario que invitara a su posterior reestructuración. Según cuenta Valencia, “el proceso se inició estudiando las respuestas de profesores, estudiantes, administradores y trabajadores. A la vez insistimos en la importancia de escuchar la voz de los egresados y, en general, de la comunidad externa a la institución”. Como lo haría posteriormente la Comisión, este proyecto se centró en la exaltación y el mejoramiento de los procesos académicos e investigativos.

Ojalvo Prieto recuerda que en ese proceso de reflexión sobre el deber ser de la Universidad fue importante la dirección que en 1984 se le quiso dar a la institución, en la rectoría de Jorge Santiago Peláez, quien “decidió oponerse radicalmente a la declaratoria de semestres especiales y fue el principio de la recuperación académica de la Universidad que tan agobiada se encontraba en esa época”. 

No obstante, otras voces fueron más críticas frente a ese proceso. Una de ellas fue la de María Teresa Uribe, profesora del Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia, quien el 20 de septiembre de 1985 publicó en el diario El Colombiano “La soledad de la universidad”, una columna de opinión en la que cuestionó la posibilidad de entender la Universidad como un espacio despolitizado, encargado exclusivamente de graduar profesionales técnicos, y denunció que “pasamos de una universidad republicana, humanista, ilustrada, erudita, a veces confesional, a veces laica y racionalista […] a la escuela tecnológica preocupada por producir profesionales en serie homogéneamente fabricados”.

El trabajo de la Comisión Especial de Reestructuración terminó un par de meses después, con la formulación de las tesis que direccionarían el proceso de transformación de la Universidad y en las que ese grupo invitó a buscar la excelencia intelectual, a la vez que insistió en su carácter regional. El resultado de ese proceso fue un diagnóstico que, sumado a la realidad universitaria de la siguiente década, llevó a que en el año 1993 el entonces rector, Rafael Aubad López, instalara una nueva comisión a través de un acuerdo rectoral que creó el Estatuto General de la Universidad de Antioquia.

50 AÑOS DE VIOLENCIA Y RESISTENCIA
es un contenido producido por el
Proyecto Hacemos Memoria