El M-19 secuestró a Martha Nieves Ochoa en el campus universitario

En la mañana del 12 de noviembre de 1981, guerrilleros del M-19 secuestraron a Martha Nieves Ochoa, estudiante de sexto semestre de Economía de la Universidad de Antioquia, y hermana de Jorge Luis, Juan David y Fabio Ochoa, narcotraficantes del Cartel de Medellín. Su secuestro suscitó la creación del grupo Muerte a Secuestradores (MAS), una organización paramilitar financiada por narcotraficantes, ganaderos y terratenientes, para confrontar a las guerrillas. Según la información publicada en el periódico El Colombiano un día después del secuestro, a Nieves se la llevaron de uno de los parqueaderos de la Universidad de Antioquia cuando estaba ingresando a su carro. Tres hombres la abordaron y, en un forcejeo, la metieron a un Renault 12 en el que esperaba un conductor. 

Augusto Osorno, médico veterinario y desmovilizado del M-19, quien conoció de cerca ese caso, dice que en el secuestro participaron Luis Gabriel Bernal, Guillermo Elvencio Ruiz y John Jairo Restrepo, conocido como el Mono Candelo, que además de pertenecer al M-19, era compañero de Nieves en la Facultad de Economía. La retuvieron en una casa de seguridad que el M-19 tenía en San Javier, barrio del occidente de Medellín, después la trasladaron a La Estrella y, finalmente, la llevaron por una trocha hacia el Eje Cafetero. 

El periodista y exalcalde de Medellín Alonso Salazar cuenta en su libro No hubo fiesta que en el secuestro también participaron Alberto Turizo y Pablo Catatumbo, ahora desmovilizado de las FARC y senador de la república. Según el relato de Salazar, aunque Catatumbo no era integrante del M-19, decidió participar en el secuestro mientras se encontraba de vacaciones en Medellín. Terminaría retenido por el MAS junto a Elvencio Ruiz. Ambos serían la carta de negociación para lograr la liberación de Nieves, y por eso no fueron asesinados, mientras que Restrepo y Turizo sí murieron a manos de esa agrupación conformada por los narcotraficantes. 

Jaime Arturo Gómez es profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad y para la época era estudiante de esa misma dependencia. Conocía a Bernal porque su hermano Horacio había sido amigo de Gómez desde la infancia. Recuerda que días antes, en una visita al apartamento de Bernal, este le pidió su carné de la Universidad para jugar un picadito, “y supongo que eso les dijo a varias personas. Entonces alguno entró con mi carné a la Universidad para hacer ese operativo”, cuenta Gómez. 

A cambio de la liberación de Martha Nieves, el M-19 pedía 12 millones de dólares a la familia Ochoa. Según Osorno, “Jaime Bateman [máximo comandante de esa guerrilla] se había ideado que había que hacer un gran operativo para denunciar las estructuras del poder en Colombia y entonces se necesitaba una plata con urgencia”. Aunque en un principio la familia Ochoa se negó a pagar el rescate, Martha Nieves fue liberada en Armenia el 16 de febrero de 1982, después de un pago de 1.2 millones de dólares hecho por el Cartel de Medellín, según reveló el periódico El Tiempo en una publicación del 24 de septiembre de 1991, titulada: “Sí se pagó rescate por Martha Nieves Ochoa”. 

En el libro de Salazar también se cuenta que sus hermanos ya le habían advertido a Martha Nieves Ochoa de los peligros de estudiar en la Universidad. Según Osorno, “le habían dicho a ella que mucho cuidado porque en la Universidad de Antioquia, por ser una universidad pública, había mucho guerrillero, mucho comunista y ella no hizo caso”. 

La parábola de Pablo, libro escrito también por Salazar, narra que cuando Jorge Luis Ochoa se enteró del secuestro de su hermana le contó a Pablo Escobar y este lo tranquilizó porque iban a negociar su liberación. Después, cerca de doscientos hombres que habían sido convocados por Carlos Lehder, Escobar, los Ochoa, los Castaño y otros narcotraficantes se reunieron en el restaurante La Margarita, propiedad de la familia Ochoa, y crearon el grupo MAS para perseguir a los responsables y exigir la liberación de Martha Nieves. 

Entre sus primeras acciones, el 2 de diciembre de 1981, el MAS lanzó en Cali desde un helicóptero panfletos en los que anunciaba el inicio de la búsqueda de “secuestradores comunes y secuestradores subversivos”. Después, secuestró a 25 personas cercanas a Luis Gabriel Bernal, entre ellas a Horacio, su hermano, y a su esposa, Marta Correa Vásquez, a quien liberaron cuando se encontraba amarrada en el edificio del periódico El Colombiano, en Medellín, con un cartel que la identificaba como secuestradora. 

Jaime Gómez, Augusto Osorno y Alonso Salazar coinciden en que el MAS fue probablemente el embrión del paramilitarismo en Colombia. Fue, según Gómez, un momento inaugural, porque hasta entonces no se había visto “un movimiento organizado, de la derecha, con los recursos del narcotráfico y cuyo propósito era combatir la izquierda”. Cuenta, además, que en su momento se le criticó a Bernal su falta de visión política, por no haber medido las consecuencias de ese secuestro. 

Con esa versión coincide Osorno, quien asegura que secuestrar a Martha Nieves Ochoa fue uno de los grandes errores que el M-19 cometió: “Las consecuencias del secuestro de Martha Nieves no se visualizaron. Fue tanto el odio que eso despertó en los paracos que se ensañaron, cuando se liberó a Martha Nieves, contra Luis Gabriel Bernal”. Bernal terminó robando un avión en Cali y viajó a Cuba, después a Suecia, y, cuenta Osorno, fue asesinado a puñaladas por miembros del MAS durante un viaje que realizó a Bogotá.

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