Eran las seis y media de la tarde del viernes 18 de junio de 1993 cuando sonaron dos disparos en el barrio Prado Centro de Medellín. Exactamente en la esquina de la carrera Palacé con la calle Cuba asesinaron a Luis Javier García Isaza, quien era en ese entonces vicerrector de Extensión de la Universidad de Antioquia.
En el momento de su muerte, Luis Javier tenía 32 años. Fue atacado cuando se tomaba una gaseosa, junto a algunos compañeros, a las afueras de la sede del directorio del Sector Democrático. Esta era una disidencia del Partido Liberal en Antioquia, liderada por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien en ese entonces ejercía su segundo periodo como senador de la República.
Luis Javier militaba en el Sector Democrático por influencia de su amigo Virgilio Vargas Pino, quien fue decano de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia y secretario de Salud de Medellín, en la década de los ochenta. Bajo la guía de Vargas, Luis Javier también llegó a ser decano encargado de Salud Pública y secretario de Salud.
Sergio García Isaza, hermano de Luis Javier y pensionado de la Universidad de Antioquia, cuenta que el día del asesinato era justamente el lanzamiento de la campaña de Vargas para aspirar al Senado, en el directorio del Sector Democrático. “Ese viernes, Luis Javier me llamó a la oficina, y me dijo: ‘Necesito que me acompañe esta tarde al lanzamiento de la campaña del profesor Virgilio’”, recuerda Sergio, que llegó al lugar a las seis y cuarenta y cinco de la tarde, y fue recibido con la noticia de la muerte de su hermano.
Lo que reconstruyó Sergio, con varios testimonios de las personas presentes ese día, es que un joven llegó a la tienda ubicada a las afueras de la sede del Sector Democrático preguntando por un médico de la Universidad de Antioquia, exdecano de la Facultad de Salud Pública y que había trabajado en la Secretaría de Salud. Cuando uno de sus compañeros señaló a Luis Javier, el joven le disparó dos veces, amenazó a los presentes para que no lo persiguieran y huyó caminando.
“Mi teoría, después de escuchar y pensar muchas cosas, es que se confundieron, que estaban buscando a Virgilio, que tenía esas mismas características. Porque para ese entonces Virgilio tenía una trayectoria en la política muy fuerte y podía tener más contradictores”, analiza Sergio, quien además descarta cualquier motivación vinculada con su actividad en la Universidad de Antioquia.
Cuatro días después del asesinato de Luis Javier, el 22 de junio, el rector Rafael Aubad informó en una sesión del Consejo Superior Universitario (CSU) que “en el último mes se han recibido amenazas contra algunos profesores, entre los cuales no estaba el doctor Luis Javier García”, según quedó registrado en el acta 194 de 1993 del CSU.
En esa misma sesión, el rector Aubad manifestó que “en los actos realizados en la Universidad con motivo de la muerte del doctor Luis Javier García hay un profundo dolor”. Se refería a una concentración universitaria y ciudadana que tuvo lugar dentro del campus universitario para rechazar el asesinato de García. Los actos de ese 22 de junio en memoria del vicerrector fueron convocados por el mismo CSU y el Consejo Rectoral, un día después de la muerte de Luis Javier, por medio de un obituario publicado en la portada del periódico El Mundo el sábado 19 de junio.
Beatriz Ortiz, pensionada de la Universidad de Antioquia y para entonces profesora de la Facultad de Salud Pública, recuerda que Luis Javier era una persona conciliadora y neutral en los conflictos universitarios. Según ella, el asesinato no estuvo relacionado con los asesinatos de otros profesores de la universidad y de Salud Pública a finales de los ochentas, como Héctor Abad Gómez o Pedro Luis Valencia. No obstante, había sido Luis Javier quien reemplazó a Héctor Abad en la cátedra de Salud Preventiva y Sociedad, en la Facultad de Medicina. “Resulta que el fiscal de la investigación, a los tres meses del homicidio, me llamó y me dijo: ‘Vea, no tenemos ninguna pista, no sabemos qué pasó con Luis Javier’. Lo único que yo le pedí era que me dejara cremar el cuerpo de mi hermano”, recuerda Sergio García. Finalmente, el fiscal autorizó cremar el cuerpo del profesor Luis Javier García Isaza.
50 AÑOS DE VIOLENCIA Y RESISTENCIA
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