Asesinado el activista y profesor León Zuleta

El Colombiano, 25 de agosto de 1993.

A León Zuleta Ruiz lo asesinaron en la madrugada del domingo 22 de agosto de 1993. Fue acuchillado dentro de su apartamento, en el barrio Loreto de Medellín. Su cuerpo quedó tendido en el piso durante dos días, hasta que fue encontrado por Fausto Zuleta, uno de sus hermanos, a las once y media de la mañana del martes 24 de agosto. 

León tenía 41 años y era soltero. También era egresado del pregrado de Filosofía y Letras de la Universidad de Antioquia y sociólogo de la Universidad Autónoma Latinoamericana. Además, había sido profesor en las universidades de Antioquia y de Nariño. Hasta el día de su muerte fue defensor de los derechos humanos y es especialmente recordado como uno de los primeros activistas gays de Colombia, pues en su época aún no se configuraba la sigla LGBTI, que alude a la población de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales.

En ese momento, León trabajaba en el Observatorio de Derechos Humanos del Instituto Popular de Capacitación, además pertenecía a la Escuela Nacional Sindical. Beethoven Zuleta, egresado del pregrado en Historia de la Universidad de Antioquia y actualmente secretario general de la Universidad Popular del Cesar, recuerda que su hermano León asistió el viernes 20 de agosto a “una especie de fiesta sindical que había organizado la Escuela Nacional Sindical en el Aeropuerto Olaya Herrera”. Por los relatos de varios amigos de León, Beethoven pudo reconstruir que, al finalizar la fiesta en el Olaya Herrera, su hermano se fue a su apartamento con algunas personas, en la madrugada del sábado 21 de agosto, y como era un fin de semana con lunes festivo, solo hasta el martes se supo de su muerte. 

Olga Bernal, compañera de León en el Instituto Popular de Capacitación (IPC), se enteró de su asesinato ese martes mientras se encontraba en un evento sobre derechos humanos en la Universidad de Antioquia. “Una de las cosas que nosotros siempre lamentamos fue que la investigación sobre la muerte de León por parte de la Fiscalía fue llevada a cabo de la manera más facilista. Siempre manejaron la tesis de que eso era un crimen pasional, pero nunca profundizaron en quién había sido León. Él había sido amenazado muchas veces, lo sé porque él me lo contaba”, recuerda Olga, quien hoy es profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia y hace parte del Consultorio Jurídico de esa dependencia.

Las amenazas a las que Olga hace referencia fueron ocasionadas principalmente por el activismo que León había liderado en Colombia, cuando muy pocos eran capaces de reconocerse públicamente como homosexuales y de reivindicar sus derechos. “Primero sentí la persecución por parte de la ultraderecha, pero la izquierda tampoco aceptaba mi condición”, recuerda Olga Bernal sobre lo que León le decía. Debido a sus “propuestas de liberación homosexual y activismo, fue retirado del Partido Comunista (PCC)”, recuerda su hermano Beethoven. Esto, a pesar de que León había sido líder estudiantil de las Juventudes Comunistas en la década del setenta y de que se destacó posteriormente como secretario político del PCC.

Después de fundar la revista El otro, que circuló entre 1977 y 1979, en la que exponía sus pensamientos sobre la homosexualidad y el sexo como acto político; después de liderar junto a Manuel Velandia la primera marcha gay en Colombia; después de haber expuesto públicamente su orientación sexual y dejar de ocultar sus actos afectivos, León Zuleta estaba decepcionado y agotado de ese activismo. Por eso, en los últimos años de vida se dedicó a la defensa de los derechos humanos, como coinciden en afirmar su amiga Olga Bernal, su hermano Beethoven Zuleta y algunos amigos entrevistados en el documental El ciudadano León Zuleta, realizado por la Escuela Nacional Sindical en 1996Sin embargo, “León todavía generaba molestia en ciertos sectores por sus luchas, uno sabía que sí, y también como defensor de derechos humanos”, afirma Olga.

Esta defensa que hacía León de los derechos de la población LGBT, en la década de los noventa, se daba en un contexto de ciudad atravesado por fenómenos como la denominada limpieza social, por parte de organismos de seguridad del Estado y organizaciones armadas de autodefensa, y la violencia sexual asociada al conflicto armado. Según el informe Medellín: memorias de una guerra urbana, publicado por el Centro Nacional de Memoria Histórica, en algunos casos “la violencia sexual fue ejercida de manera aleccionadora contra personas trans, lesbianas y homosexuales, pues los grupos armados asumían que de este modo se ‘corregirían sus conductas’”.

La tesis de la Fiscalía frente al homicidio de León Zuleta fue que se trató de un crimen pasional, como afirma Beethoven. “Había un desorden en la habitación y habían distribuido unas publicaciones pornográficas sobre el piso, tratando de desviar la atención, como si se tratara de un asesinato pasional. El asunto es que se había creado un escenario, había una intención, de quien fue el asesino de León, de crear una versión amañada”, cuenta Beethoven. Lo cierto es que no hay información concluyente sobre el asesinato de León y la investigación no avanzó. 

En el momento de su asesinato, León no tenía ningún vínculo laboral ni académico con la Universidad de Antioquia, más allá de ser egresado, pero sí era un destacado intelectual que aún tenía vínculos con personas de la Alma Máter, donde tiempo atrás había sido profesor. No obstante, la Universidad no se pronunció sobre el asesinato, ni este fue mencionado tampoco en las actas de los órganos directivos de la institución educativa.

50 AÑOS DE VIOLENCIA Y RESISTENCIA
es un contenido producido por el
Proyecto Hacemos Memoria