Un estudiante de Ingeniería fue desaparecido luego de ser detenido por militares

Gustavo Albeiro Muñoz Hurtado, estudiante de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Antioquia, fue retenido por el ejército el 26 de mayo de 1982, tras salir de su casa ubicada en el barrio Belén Rincón, al suroccidente de Medellín. Esta detención se convertiría con el paso del tiempo en un intrincado caso de desaparición forzada que continúa sin esclarecerse.

Según publicó la revista Semana en su edición del 7 de septiembre de 1984, en un artículo titulado “Los desaparecidos”, Gustavo Muñoz fue detenido a las siete de la mañana por un grupo de soldados que se bajaron de una volqueta de Empresas Públicas de Medellín, lo golpearon y se lo llevaron. “Posteriormente, agentes del servicio de Inteligencia allanaron dos casas vecinas y llevaron a dos jóvenes amigos de Gustavo a la IV Brigada averiguándoles sobre las actividades de su vecino. Poco después los pusieron en libertad. Las averiguaciones de la familia Muñoz fueron inútiles. Los padres interpusieron el recurso del Habeas Corpus el 26 de julio82 [sic] y solicitaron informes al auditor principal de Guerra y a las autoridades carcelarias, quienes respondieron que ‘revisados y examinados minuciosamente los libros radicadores e Indices [sic], no se halló por parte alguna constancia de que el particular Gustavo Albeiro Muñoz Hurtado, haya estado o esté detenido por cuenta de la justicia penal militar y más exactamente por el comando de la Cuarta Brigada”, relató Semana.

El artículo de Semana cita un informe del procurador general de la nación, con fecha del 21 de marzo de 1983, que estableció que Gustavo Muñoz fue capturado por una patrulla del batallón de policía militar número cuatro, según el “resumen semanal de informaciones del señor comandante de la Cuarta Brigada para el señor comandante del Ejército de fecha 28 de mayo de 1982”. El citado informe del procurador además reveló que el estudiante “fue muerto a bala por desconocidos, según relato de testigos de los hechos, en la mañana del 4 de julio de 1982, en la vereda El Viajano del municipio de Sahagún, Córdoba”. Sin embargo, precisó la revista, el cadáver no fue entregado a los padres de la víctima, por lo que Gustavo Muñoz permaneció en condición de desaparecido.

La detención y la posterior desaparición de Gustavo Muñoz ocurrió cuando aún estaba en vigencia el Decreto 1923 de 1978, más conocido como Estatuto de Seguridad, promulgado durante el gobierno del presidente Julio César Turbay Ayala. Dicho decreto fue el detonante de allanamientos, torturas y detenciones arbitrarias, perpetradas principalmente por miembros del B2 del Ejército, del F2 de la Policía y del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), según indica el informe Medellín: Memorias de una guerra urbana, publicado por el Centro Nacional de Memoria Histórica.

Una versión más detallada acerca de quién era Gustavo Muñoz y de lo que ocurrió luego de que fuera capturado por el ejército está documentada en eltrabajo de grado Elementos para analizar la desaparición forzada en Antioquia 1977-1991, realizado por Manuel Salvador Vallejo Toquica para obtener el título de magíster en Historia en la Universidad de Antioquia. Según esta investigación, Gustavo Muñoz era un reconocido líder popular en su barrio, donde era presidente y representante legal del Hogar Infantil María Auxiliadora, que “desapareció en operativos militares, en los cuales se buscaban personas pertenecientes a grupos insurgentes”.

La tesis de Vallejo relata que después de la captura de Gustavo Muñoz, de la que fueron testigos algunos vecinos, los familiares emprendieron una búsqueda que los llevó a la policía y al ejército. Ambas entidades negaron que lo tuvieran e incluso el ejército negó que lo hubiera capturado, afirma Vallejo en su investigación. El 4 de julio de 1982, los padres de Gustavo Muñoz fueron notificados de que en el kilómetro 6 de la vía que de El Viajano conduce a San Marcos, en el municipio de Sahagún (Córdoba), había aparecido el cadáver de un hombre con tres impactos de revólver en la cabeza, que según los resultados de la necrodactilia correspondía al cuerpo de su hijo. Aunque su madre, Luzmila Hurtado, viajó a Sahagún para reconocer el cadáver, el ejército se lo impidió y el cuerpo no le fue entregado, según describe el libro El camino de la niebla, citado por Vallejo en su trabajo de grado.

Además de la familia, el caso de Gustavo Muñoz fue denunciado en su momento por organizaciones como el Comité de Defensa de los Derechos Humanos de Antioquia, que en una declaración publicada el 18 de julio de 1982 en el diario El Colombiano, titulada “Sobre desaparición de un estudiante se pronuncia Comité de Derechos Humanos”, exigió a las autoridades el esclarecimiento de los hechos. Sin embargo, de acuerdo con el trabajo de grado de Vallejo, en septiembre de 1985, sin responsables de la desaparición ni del asesinato, el caso fue cerrado.

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