En lo alto de un cerro y rodeada de la selva maya, una gran palapa alberga un taller de bordado que entrelaza hilos multicolores, resistencias y luchas ante el despojo, la devastación y la muerte provocada por las imposiciones culturales y los megaproyectos que invaden la península de Yucatán.
Tras enterarse de que la Secretaría de Economía había otorgado dos permisos para explotación minera a una poderosa empresa canadiense, la comunidad de Tecoltemic, en la Sierra Norte de Puebla se unió y logro que parecía imposible: echar a la minera de su territorio y preservar el bosque, el agua y la vida.