En Medellín el auge de visitantes extranjeros por conocer la historia de Pablo Escobar ha llevado a que parientes del extinto capo del narcotráfico vendan objetos con imágenes de su rostro, abran museos y hasta ofrezcan entrevistas. Las víctimas lo consideran una afrenta contra ellas y contra la memoria de sus familiares asesinados.
Medellín abraza su historia, una de las estrategias más publicitadas por la alcaldía de Federico Gutiérrez, no cumplió todo lo que prometió en su momento y quedó sin continuidad. ¿Qué pasó con esa iniciativa de memoria sobre la violencia del narcotráfico?