El 14 de septiembre, el Gobierno nacional reconoció al movimiento sindical de Colombia como sujeto de reparación colectiva luego de tres intentos fallidos en años anteriores. Dignificar la memoria de las víctimas y el desclasificar los archivos judiciales para evitar la impunidad son algunas de las acciones reparadores que propone el sindicalismo.
El libro “Sudor y Tabaco II” ejemplifica la importancia de la construcción de memoria dentro del sindicalismo colombiano, gremio que busca, entre otras cosas, participar en mecanismos transicionales como la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial de Paz para esclarecer lo que fue el capítulo de la “violencia antisindical” en el país.
De acuerdo con registros de la Escuela Nacional Sindical, desde 1973 hasta mayo de 2018, se cometieron alrededor de 14.670 violaciones a la vida, la libertad y la integridad contra sindicalistas en el país, de las cuales 3.154 fueron asesinatos. Esta es una de las razones por las que en la actualidad el sindicalismo colombiano demanda su reconocimiento como sujeto colectivo priorizado en el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición.