El nombramiento de Darío Acevedo como director del Centro Nacional de Memoria Histórica traiciona la confianza sobre la cual se fundó la entrega de los archivos de muchas personas y organizaciones. El retiro de estos entorpece el cumplimiento del deber misional del CNMH, es decir su contribución a la reparación integral, el derecho a la verdad y el deber de memoria.