La escritora colombiana afirmó que el cruce de diferentes voces y posturas es el que permitirá entender cómo se gestó el conflicto. Y agregó que el desafío de las memorias consiste en transformar el pensamiento colectivo.
La periodista Ana Cristina Restrepo habló con la Comisión de la Verdad sobre la necesidad de una reforma rural integral, el despojo de tierras en las ciudades y las verdades de las mujeres campesinas.
David Escobar Arango, director de Comfama, una de las cajas de compensación más representativas de Colombia, habló de la importancia de que los empresarios participen en la conversación del esclarecimiento de la verdad.
Para Ómar Rincón, uno de los principales desafíos de la Comisión de la Verdad será lograr que su informe final tenga sentido para todos los colombianos. Por eso, agregó, “hay que hacer una comunicación mutante, que tome la forma del territorio y de la diversidad colombiana”.
El economista considera que Colombia necesita una verdad social que ayude a superar la exclusión y permita llegar a acuerdos y compromisos, orientados a instalar medidas de no repetición, en temas como la tenencia de la tierra y el ejercicio de la política local. Este, anotó, es el reto de la Comisión de la Verdad.
La trabajadora social dijo que Colombia necesita una verdad transformadora, que no solo diga lo que pasó y quiénes fueron los responsables, sino que trace un camino de reformas y de transformaciones necesarias para la superación de la guerra.
La activista reflexiona sobre las verdades polifónicas como la posibilidad de tener un camino de esperanza hacia la paz y la reconciliación. Señala que la Comisión debe amplificar las voces que se han mantenido silenciadas.
Durante el encuentro «La verdad del pueblo negro», empresarios y excombatientes reconocieron sus responsabilidades y pidieron perdón a las comunidades negras por hechos de violencia como la masacre de Punta Coquitos, en Urabá.
El informe Memorias de la Universidad Nacional en el conflicto, entregado a la Comisión de la Verdad, documentó quince casos emblemáticos que revelan las lógicas de la represión en esa institución, cuyo pico de violencia ocurrió entre 2002 y 2004.
Un estudio de la Universidad de Antioquia para la Comisión de la Verdad revela cómo el conflicto armado no solo se ensañó contra millones de colombianos, sino también contra quienes procuraban su salud y bienestar. Entre 1958 y 2019, por ejemplo, fueron documentadas 2419 infracciones contra la misión médica.