A la JEP le quedan por delante máximo trece años de funcionamiento. En estos siete que lleva ha asumido su encargo como tribunal de cierre del conflicto armado en medio de críticas que provienen de todos los sectores, incluidas las víctimas y sus representantes. En esta columna, el profesor Max Yuri Gil expone dos consideraciones sobre el trabajo de esta entidad del Sistema Integral de Paz.
Los meses previos a las elecciones generales de México del 2024 estuvieron marcados por la ausencia del tema de la desaparición en el discurso político oficial y por las acciones del gobierno saliente encaminadas a borrar iniciativas de colectivos y familiares de desaparecidos. Frente a este escenario, el 2 de junio más de dos mil ciudadanos decidieron votar por una persona desaparecida.
Debajo de doce capas de pintura y una de pañete “apareció” una obra del artista Alipio Jaramillo en el edificio de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.
La novela de Esther López Barceló retoma los hilos de la memoria de la Guerra Civil y el franquismo en Alicante, con acento en los silencios velados y en las mujeres de la posguerra. Esta reseña reflexiona sobre la vigencia de esos relatos en el presente de Alicante y España.
Comenzó hace un par de semanas en la Universidad de Antioquia la Cátedra Universitaria por la Paz “María Teresa Uribe”, un espacio de discusión pública que recoge el legado de la profesora nombrada en su título, una intelectual íntegra que anticipó buena parte de los fenómenos que subyacen al desafío de la construcción de la paz en Colombia. Este texto, leído en la primera sesión de la Cátedra (11 de septiembre), evoca su figura y enseñanzas.
Leer a la botánica Robin Wall Kimmerer sirve de inspiración para pensar el rol de la academia en torno a las memorias de las violencias en Colombia: una propuesta de relaciones recíprocas entre quienes investigan y quienes viven y actúan para mantener vivas estas memorias.
La seccional Medellín de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos se une a la conmemoración del 30 de agosto con este recorrido por su historia y sus luchas. Miembros de la organización piden menos indiferencia y más apoyo de la sociedad tanto en la búsqueda de los desaparecidos como en la defensa de los derechos humanos.
Cada persona que puede ser identificada y entregada dignamente a quienes la buscan representa una victoria frente a la angustia y la incertidumbre de la desaparición. Para los familiares de Liberto Antonio Pineda Godoy y para los habitantes de la vereda donde falleció, la recuperación de sus restos y el reencuentro con los suyos constituyen un acto de reparación.
Patricia Orozco, Alejandra Morales y Benjamín Rojas son líderes sociales del Oriente antioqueño. Sus historias y liderazgos tienen algo en común: la Corporación Adagio, una organización que trabaja por el reconocimiento de los derechos de las personas con expresiones de género diversas en una de las regiones más conservadoras de Antioquia.
Más de 650 capturados y 40 heridos, entre militares, policías y estudiantes, fue el resultado de un enfrentamiento ocurrido durante la noche del 20 de abril de 1971 en la Universidad de Antioquia, después de una asamblea general, en el Sexto Encuentro Nacional Estudiantil. El joven reportero Carlos Uribe de los Ríos fue enviado por su periódico a cubrir esa noticia; hoy, más de cincuenta años después, el profesor y periodista recordó aquel año de 1971 y aquellos sucesos, en un «ejercicio casi arqueológico», como parte de la memoria de la violencia en la Universidad de Antioquia.