A mediados de septiembre del 2017, habitantes del Cañón del río Cauca le exigieron al Estado encontrar los cuerpos de por lo menos treinta desaparecidos, algunos de ellos víctimas del conflicto armado, cuyos cuerpos podrían estar enterrados en inmediaciones del río. La situación no da espera, porque Hidroituango planea inundar la zona a finales de 2018. Compartimos este especial periodístico, publicado en la edición 88 del periódico De la Urbe.
Voceros del Consejo Regional Indígena del Cauca anunciaron que a partir del 30 de octubre se movilizarán para exigirle al Gobierno Nacional que cumpla con los más de cien acuerdos que ha firmado con el movimiento indígena. Uno de los acuerdos de los que exigen cumplimiento tiene que ver con el predio Aguatibia en donde falleció la comunicadora María Efigenia Vásquez por impacto de arma de fuego durante una confrontación entre la comunidad y el Esmad. Por Esteban Tavera Popayán El Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric, presentó una carta dirigida al presidente Juan Manuel Santos en la que le exige que declare la emergencia social en ese departamento, debido a los hechos de violencia que en el mes de octubre han cobrado la vida de la comunicadora María Efigenia Vásquez y Oscar Tenorio, Gobernador Indígena del resguardo de Chinas; además del atentado que sufrió Ermes Evelio Pete Vivas, Gobernador Indígena del Resguardo de Balalcazar. En la carta enviada al presidente, el Cric ratificó la decisión tomada en el Congreso del mes de junio de realizar la «Minga de resistencia por el territorio, la dignidad y el cumplimiento de los acuerdos», que comenzará el próximo el 30 de octubre. «En […]
Uno de los principales objetivos del movimiento indígena es la liberación de la madre tierra. En esta lucha, las confrontaciones entre el Esmad y la comunidad del resguardo Kokonuko en Puracé, Cauca, cobraron la vida de la comunicadora indígena María Efigenia Vásquez. En esta entrevista, José Navia, periodista que ha recorrido este departamento de la mano del pueblo Nasa, explica el contexto de las luchas indígenas. Por Esteban Tavera José Navia nació en una vereda de Popayán, fue reportero de El Tiempo durante veinte años y es autor del libro La fuerza del ombligo, un relato sobre el exterminio del que fueron víctimas los indígenas del pueblo Nasa, en el norte del Cauca. Muchos de sus trabajos periodísticas narran las luchas de los pueblos indígenas caucanos y hablan de las concepciones del mundo religioso y espiritual de estas comunidades. En esta entrevista, José Navia resalta la importancia del trabajo que ha realizado el Concejo Regional Indígena (CRIC), organización de la que María Efigenia hacía parte. También explica cómo se organizan políticamente los resguardos y habla de lo que representa la tierra para los pueblos indígenas. Puede leer: Las luchas por la tierra en el Cauca cobraron la vida de una […]
«Tratar de acabar la violencia con ´otra violencia´ es como pretender curar una enfermedad con otra enfermedad», escribió Héctor Abad Gómez en su columna del Periódico El Mundo, el 12 de octubre de 1986. A treinta años de su asesinato, ocurrido el 25 de agosto de 1987, compartimos este texto para resaltar la vigencia de su pensamiento. Por: Héctor Abad Gómez – Periódico El Mundo* Foto: Héctor Abad Gómez en su consultorio. 1985. Autor: desconocido. Cortesía: Corporación Héctor Abad Gómez. No es cierto que la violencia haya existido desde que el mundo es mundo. Por más de setenta mil años, antes de la revolución agrícola, los hombres (Homo sapiens sapiens) vivieron cazando y pescando; matando animales, es cierto, pero no matándose entre sí. Fue sólo cuando algunos delimitaron un territorio “propio” y se asentaron en él, cuando surgió lo que todavía llamamos “civilización” y algunos grupos humanos empezaron a organizar ejércitos, para conquistar más territorio, “territorio de otros”. Así comenzó la violencia organizada. “Enseñar a hombres a que maten a otros hombres” –lo dijo Jorge Luis Borges– “es el mayor crimen que hasta hoy ha producido la humanidad”. Tal crimen se ha venido cometiendo durante los últimos diez mil años […]
1987 fue un año difícil para los líderes sociales y los defensores de Derechos Humanos. En Antioquia, profesores, estudiantes, miembros del Comité de Derechos Humanos y activistas de la Unión Patriótica y la Juventud Comunista fueron perseguidos y asesinados por paramilitares. Treinta años después, el panorama sigue siendo desalentador y la impunidad continúa siendo la constante en la mayoría de los casos. Este video reúne algunas cifras que demuestran que en Colombia la defensa de los Derechos Humanos sigue siendo una labor de alto riesgo. Por Karen Sánchez y Daniela Jiménez – De la Urbe
Para Héctor Abad Gómez comunicar su conocimiento, sus ideas y sus propuestas era una responsabilidad ciudadana. Estuvo siempre en relación con los medios de comunicación, sobre todo con prensa y radio que fueron los más utilizados en su época. Compartimos también dos fragmentos de audio donde se evidencia la vigencia que tienen sus palabras. Por Luz Adriana Ruiz Marín – UdeA Noticia Fotografía de portada: Héctor Abad Gómez (al centro) y Dr. Richard Saunders (primero de izquierda a derecha) probablemente en la sede de Futuro para la Niñez. 1961. Autor: desconocido. Cortesía Corporación Héctor Abad Gómez. Análisis sobre asesinatos de los líderes de la Unión Patriotica La violencia era un tema recurrente en todas sus publicaciones, «un síntoma de profundas enfermedades sociales de tipo religioso, político, cultural o económico». El profesor Héctor Abad Gómez publicó más de 350 columnas de opinión en los periódicos El Mundo, El Colombiano, El Espectador, El Tiempo y El Correo. También participó con sus opiniones en espacios radiales propios, como el que se llamó Una voz libre en el radio periódico Clarín y en la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia con el programa Pensando en voz alta. Además de las múltiples […]
Alicia López regresó en febrero a Medellín, de donde salió desplazada en 2002, para visitar a su hermano en el barrio Olaya Herrera. Llevaba dos semanas en la ciudad cuando en una cafetería dos sicarios encapuchados y motorizados le propinaron ocho balazos. Ese mismo día su familia fue amenazada, por eso la velaron en absoluta discreción. Por: Sergio Alejandro Ruiz Saldarriaga – Juan Diego Restrepo Toro – UdeA Noticias Hija de campesinos, Alicia López Guisao nació en Dabeiba el 14 de noviembre de 1982. Fue desplazada dos veces, a los nueve y a los veinte años de edad. Primero, en 1991, cuando fue desarraigada del barrio Policarpa Salavarrieta, en Apartadó, donde sus familiares trabajaban en la Junta de Acción Comunal y militaban en la Unión Patriótica. Salieron de ese municipio huyendo del exterminio contra los integrantes de este partido político, el cual terminó cobrando la vida de más de 1 500 de sus militantes entre los años ochenta y noventa. Tras perder su casa, la familia buscó refugio en Medellín, “en un rancho de tablas del barrio Olaya”, según recuerda su hermana mayor, Martha: “Ali era una mujer sonriente, fuerte y emprendedora, que le decía la verdad a quien fuera, […]
Ella, una mujer blanca, cabello castaño, un metro y 54 centímetros de estatura, fue encontrada sin vida a unos cinco minutos —a pie— de su casa. Se llamaba Rubiela Sánchez Vanegas y fue asesinada esa mañana del 18 de abril. Tenía 49 años. Por: Karen Parrado Beltrán – Estudiante de Periodismo El cuerpo sin vida estaba a un lado de la carretera, en la vereda Las Cruces, a una hora de San Vicente Ferrer, en el Oriente antioqueño. La mujer había pasado caminando por allí un rato antes para ir a entregar la leche ordeñada de sus vacas en el tanque recolector. La caminata duró unos quince minutos, como todas las mañanas. Hacía unos años que caminaba ida y vuelta desde su casa, cargando la leche que vendía para suplir los gastos familiares. Esa mañana solo completó el camino de ida. Ella, una mujer blanca, cabello castaño, un metro y 54 centímetros de estatura, fue encontrada sin vida a unos cinco minutos —a pie— de su casa. Se llamaba Rubiela Sánchez Vanegas y fue asesinada esa mañana del 18 de abril. Tenía 49 años. San Vicente está ubicado sobre la cordillera Central, a hora y media en carro de Medellín. […]
Esta historia empieza en la madrugada del 2 de marzo de 2017, cuando Fabián Rivera, de veintitrés años, presidente de la junta de acción comunal del barrio Rosalpi, en Bello, fue asesinado. Empieza cuando el nombre de Fabián pasó a una lista junto a otros líderes que, igual que él, ahora ocupan el lugar de víctimas. Por: Laura Cardona – Estudiante de Periodismo Este artículo no podrá decir por qué alguien empuñó un arma contra la humanidad de Fabián. Julián Jiménez, presidente de la Asociación Municipal de las Juntas de Acción Comunal de Bello, nunca supo de amenazas; la familia Rivera jamás conoció problemas en los que él estuviera involucrado; solo la Fiscalía sostiene la hipótesis de un pleito sentimental. Así, este artículo solo podrá, palabra a palabra, buscar una imagen que narre el hombre que fue. La primera imagen de Fabián se construye volviendo a su infancia, cuando un día de matrículas una sicóloga del colegio le dijo con tono quejumbroso a Antonio, su padre, que el niño era muy hiperactivo. El término, que define un trastorno infantil, logra mostrar un rasgo de Fabián: su desbordada energía para realizar sus proyectos. Uno de ellos fue llegar a ser presidente de […]
En la vereda Las Cruces del corregimiento El Llano, de Yarumal, una de sus habitantes, Luz Herminia Olarte, sale de su casa a las dos de la tarde. Al caer la noche, todavía no ha vuelto. Su hija de diez años, y su padre, a punto de cumplir noventa, esperan su regreso ese domingo 29 de enero; pero ella nunca volverá. Por: Santiago Rodríguez Álvarez – Estudiante de Periodismo En la vereda Las Cruces del corregimiento El Llano, de Yarumal, una de sus habitantes, Luz Herminia Olarte, sale de su casa a las dos de la tarde. Al caer la noche, todavía no ha vuelto. Su hija de diez años, y su padre, a punto de cumplir noventa, esperan su regreso ese domingo 29 de enero; pero ella nunca volverá. No era raro que Luz Herminia saliera a hacer mandados o a cualquier cosa, afirma su hijo, José Olarte. Lo raro era que no regresara. Por eso, cuando el lunes 30 de enero por la mañana llamaron a decirle a José que su madre no había vuelto a la casa, él se alarmó, al igual que toda la comunidad de Las Cruces. El martes cerca de setenta personas de la […]