Por cuenta de la pandemia, la obra artística, que ocupa el tamaño de una cacha de microfútbol, tuvo que ser representada a menor escala para cumplir las exigencias de MinCultura, que le otorgó un beneficio económico.

 

Por: Pompilio Peña Montoya

Foto: Facebook Red Sur Barranquilla

La atmosfera es fúnebre y aparenta un extenso cementerio visto en la noche. Las lápidas están alineadas a lado y lado de una bandera de Colombia y, al fondo, un manto negro representa el horizonte, que cambia conforme trasmuta la luz y avanzan las siluetas de los actores. Es un juego de arte y simbolismo, de teatro y realidad, de memoria y presente, que los jóvenes de la Red Sur Barranquilla llevan perfeccionando en una puesta en escena que ha ocupado espacios en calles, plazas y parques, y que ha recibido varios reconocimientos, como el apoyo del Ministerio de Cultura, que este año lo catalogó como uno de los proyectos ganadores de la convocatoria Comparte lo que somos.

Esta instalación lleva por nombre Monumento por la dignidad y la memoria, un dispositivo de arte comunitario con el que la Red interviene grandes espacios públicos con el fin de visibilizar las violaciones a los derechos humanos que han ocurrido en el marco del conflicto armado.

En la propuesta original, 300 lápidas siembran el espacio y 50 personas participan en escena en un dramatizado que puede durar más de dos horas. Por cuenta de la pandemia esta dinámica cambió: se prohibieron los espectáculos en espacios públicos para evitar conglomeraciones. Así que para adaptarse a las exigencias de la convocatoria de MinCultura, el Monumento tuvo que reducirse y ser trasladado a un recinto cerrado en la sede de la organización en el barrio Lipaya, ubicado en el suroccidente de Barranquilla.

Libardo Diago Velázquez, sociólogo de la Universidad del Atlántico, es uno de los promotores de la organización Red Sur Barranquilla, que con la llegada de las restricciones por la COVID-19 ha tenido que paralizar sus actividades con cerca de mil 500 niños, niñas y jóvenes. “Por la pandemia trasladamos el monumento, y lo que hicimos fue hacer una versión reducida que transmitimos por redes sociales con el fin de seguir llegándole a la gente, a la comunidad, para enviarles un mensaje reflexivo”, comentó Libardo Diago, quien lleva cerca de 20 años liderando procesos de empoderamiento entre los jóvenes y promoviendo el arte y la cultura en tres localidades de Barranquilla, la suroriental, la suroccidental y la Metropolitana, donde hoy actúa la Red.

Según Libardo Diago, la idea de esta puesta en escena data del 2001 y fue creada por la Fundación Cultural Rayuela en el municipio de Soacha, Cundinamarca, como respuesta al homicidio permanente de jóvenes. “Partiendo de esas experiencias surgió la idea de afianzar esta iniciativa en Barraquilla y es así como la Red Juvenil, en el 2006, asume la instalación por primera vez del Monumento en diferentes lugares de la ciudad, principalmente en fechas conmemorativas donde se resalta el valor de los derechos humanos”, comentó el sociólogo, quien resaltó que todos los nombres, todas las fechas y todos los hechos victimizantes descritos en las lápidas fueron proporcionados por familiares de víctimas asesinadas o desaparecidas durante el conflicto en el Atlántico.

Monumento Memoria Barranquilla. Foto: Facebook Red Sur Barranquilla.

Andrés Felipe Galvis, de 22 años, estudiante de arte dramático de la Universidad del Atlántico, es uno de los actores que participó de esta nueva versión del Monumento: “somos tres actores encargados de llevar el hilo de la pieza que está compuesta por momentos y expresiones simbólicas que evocan esas épocas de conflicto armado que persisten aún: el sometimiento, la amenaza, el homicidio, el abandono estatal, el dolor y el sufrimiento, la incertidumbre. Cada elemento tiene un propósito dentro de la escena, cumple una función que construye la narrativa y una imagen metafórica con una alta carga simbolismo”.

 

Galvis afirmó que el éxito de la obra radica en que pude ser comprendida por personas adultas y estudiantes de bachiller. Cada quien le da una interpretación, pero todas llevan la misma dirección: reflexionar sobre el valor de la vida y la convivencia sana al margen de las ambiciones bélicas, sin dejar de exigir equidad e igualdad para todos. De hecho, todas las obras artísticas e iniciativas grupales de la Red tienen un alto componente participativo, lo que les ha permitido cultivar reconocimientos.

En el 2010, la Red fue seleccionada entre más de mil organizaciones de 120 países que se postularon para participar en el Foro Interactivo Global en la Conferencia Mundial de Juventud en México. En el 2013 el Centro Nacional de Memoria Histórica le entregó a la Red un reconocimiento por el Monumento por la Dignidad y la Memoria, por representar la memoria de forma significativa. En el 2015, integrantes de la Red participaron en el proceso de diseño, talleres formativos y puesta en marcha del primer Festival de Teatro Intercolegiado por la Convivencia y la Reconciliación en  Barranquilla. Y, entre otras cosas, en el 2017, la Red recibió el Premio Público por la Paz, por su iniciativa radial Pazabordo en la categoría Iniciativas de Paz y No Violencia, a través de la Educación y Medios.

La historiadora y conocedora del conflicto armado Juliana Fuquene Barreto, resaltó que esta obra lleve más de die años realizándose en Barranquilla, por lo que cientos de jóvenes han participado en ella y se han apropiado de un pasado necesario de conocer para interpretar la realidad social del país. Juliana Fuquene hizo énfasis en que el Monumento sirve para dimensionar lo que por mucho tiempo fue casi invisibilizado, que el conflicto armado también tocó a Barranquilla, no con la intensidad vivida en ciudades como Medellín o Bogotá, pero sí lo suficiente como para que el paramilitarismo y las acciones guerrilleras dejaran su marca personal en cientos de familias.

“Esta obra puso en el debate público el hecho de que en el Atlántico sí viven muchas víctimas, principalmente del paramilitarismo, no solo del departamento, sino también provenientes de Montes de María, del César, de Bolívar, del Magdalena e incluso de la Guajira, que llegaron desplazadas. Sabemos que aquí existen víctimas hasta con triple victimización. Además, no existe un evento de dignificación de las víctimas en el que el Monumento no haya estado presente, a lo que se suma que se está renovando y actualizando”, comentó Juliana Fuquene, quien añadió que la historia del conflicto en Colombia siempre ha sido construida por la institucionalidad, por lo que esta obra para Barranquilla constituye una fuente de aprendizaje del pasado.

Hoy, los miembros de la Red poco a poco comienzan a integrarse de nuevo a diferentes actividades artísticas y de memoria, sin descuidar su salud y promoviendo el autocuidado, planeando nuevas obras de teatro y nuevos talleres de liderazgo y empoderamiento en zonas donde la oferta institucional es baja y donde es necesario aumentar la confianza y la solidaridad entre los más jóvenes.