“Granada: Memorias de guerra, resistencia y reconstrucción” es el informe que presentará el Centro Nacional de Memoria Histórica el próximo 5 de noviembre. La investigación, realizada por la Corporación Región, ofrece un relato completo sobre cómo se vivió la guerra en este municipio del Oriente antioqueño.

Por Juan Camilo Castañeda Arboleda
Fotografía: Esteban Tavera

Granada fue uno de los territorios más afectados por el conflicto armado en Colombia. Su cercanía a la Autopista Medellín-Bogotá, su ubicación estratégica como lugar de paso entre el Valle de Aburrá y el Magdalena Medio y su cercanía a las centrales hidroeléctricas del Oriente antioqueño son algunas de las razones por las que todos los actores armados se disputaron el control de este municipio. En medio de la confrontación estaba la población civil que, en últimas, fue la que más sufrió la guerra.

“Granada no sucumbió ante la violencia gracias a las acciones de la sociedad civil”, dice Marta Villa, directora de la Corporación Región. La reconstrucción de la memoria del conflicto es, sin duda, una de las respuestas que surgió desde la comunidad para enfrentar la guerra y exigir justicia. El Salón del Nunca Más, un espacio museográfico para reivindicar a las víctimas, es una muestra de la capacidad de resistencia de los habitantes de esta población.

Precisamente, es la voz de los granadinos el principal insumo del informe “Granada: Memorias de guerra, resistencia y reconstrucción”, producto de una investigación que la Corporación Región, en alianza con la Alcaldía de Medellín, la Alcaldía de Granada y la Asociación de Víctimas Unidas de Granada (Asovida), realizaron para el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).

El 5 noviembre el libro será presentado en Granada y en el corregimiento de Santa Ana. En esta entrevista Marta Villa, investigadora principal del informe, cuenta cómo reconstruyeron esta historia de dolor y resistencia.

¿Por qué en Granada hubo una confrontación tan fuerte entre todos los actores del conflicto? ¿Cuáles son las condiciones que alentaron esta disputa?

En Granada encontramos condiciones muy parecidas a las de otros escenarios del conflicto armado nacional; por ejemplo, la debilidad o la ausencia del Estado fue evidente en este municipio, sobre todo en las veredas, donde los grupos armados se asentaron durante mucho tiempo y consolidaron un poder casi hegemónico.

¿Por qué permanecieron tanto tiempo los grupos armados en este territorio?

Son varias las razones. Granada tiene una posición geoestratégica que fue clave para la dinámica de la confrontación armada en el Oriente antioqueño. Queda muy cerca de la autopista Medellín – Bogotá. Esta vía se convirtió en un eje central de la disputa entre los actores armados, sobre todo con la implementación de la política de Seguridad Democrática, cuando el Gobierno decidió retomar el control del Oriente, territorio que estaba dominado por las guerrillas.

Por otro lado, aunque este municipio no depende directamente de las hidroeléctricas, sí percibe regalías de la Central Hidroeléctrica de Calderas. Esta cuenca despierta intereses económicos; además, en la época más fuerte de la confrontación, estas infraestructuras se convierten en objetivo militar de las guerrillas, pues eran custodiadas por el Ejército.

La ubicación de Granada también es clave para entender las dinámicas del conflicto en este territorio. La vía San Carlos – San Rafael se conecta con el Magdalena Medio, un corredor que fue estratégico tanto para las guerrillas como para los paramilitares; por esta región movilizaron movilización tropas y alimentos.

¿Por qué en este municipio la población civil se vio tan afectada?

Como sucede a nivel nacional, las principales víctimas del conflicto armado son civiles. Es un rasgo del conflicto armado, una característica de una guerra irregular en la que participan muchos actores. Pero en Granada ocurren unas situaciones particulares. Allá, tanto la guerrilla como el Ejército, implementaron una estrategia específica de control y de involucramiento de la población en la estrategia de guerra. Por ejemplo, la principal estrategia de guerra del Eln fue la creación de milicias populares que fueron integradas por gente de la población. A diferencia de otras zonas del país, estas personas siguieron viviendo en el municipio. Cuando se implementó la política de Seguridad Democrática, el Ejército contaba con informantes civiles y soldados vestidos de civiles, una forma directa de involucrar a la población.

¿Cómo se interpreta en el informe la catástrofe humanitaria que generó la guerra en Granada?

En Granada ocurrieron todas las formas de victimización: desplazamientos, asesinatos, desaparición forzada, secuestros. Esta comunidad también padeció una situación muy sui generis de la confrontación armada en Colombia: las ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos; aunque sucedió en todo el Oriente, en Granada, específicamente en Santa Ana, ocurrieron los casos más fuertes. El Ejército es el actor acusado por esos hechos, que ocurrieron entre 2004 y 2007, período que coincide con la mayor confrontación y la desmovilización de los grupos paramilitares. El Ejército le causó mucho daño a la población.

También hay otras acciones violentas que no se presentaron en otros territorios y que impactaron por la sevicia y el terror. En Granada obligaban a los civiles a transportar sobre sus hombros a las personas que eran asesinadas, muchas veces a sus propios familiares o vecinos. Las casas bomba fueron una estrategia contra el Ejército, pero la comunidad fue la más afectada, especialmente en Santa Ana, Zona Fría y Calderas. Los actores armados también utilizaron las inyecciones letales con agua o gasolina. Los descuartizamientos en zonas públicas también hicieron parte del repertorio de victimización en este municipio.

¿A qué actores armados están asociados estos repertorios de violencia?

Todos los actores implementaron estas formas de victimización, pero no lo hicieron de la misma forma ni en la misma época. Sí hay unas prácticas que corresponden más a unos actores que a otros, por ejemplo, la guerrilla y el paramilitarismo son los principales causantes del desplazamiento. La guerrilla fue la que más secuestró, dinamitó torres de energía y ejecutó asesinatos selectivos. Las masacres las cometieron paramilitares. Al Ejército se le atribuyen saqueos y ejecuciones extrajudiciales.

¿Cómo se aborda en el informe la resistencia civil en Granada?

La resistencia es una parte muy importante del informe. Granada sobrevivió gracias a la sociedad civil y a las organizaciones. El Comité Interinstitucional, por ejemplo, reúne a distintas instituciones locales: la iglesia, las escuelas, el hospital para actuar conjuntamente. En la época de la guerra, este Comité se unió para promover acciones humanitarias, fue una voz de resistencia frente a la guerra. Estas organizaciones pedían la humanización de la guerra. Después del 2004, Asovida, la asociación de desplazados y el Salón del Nunca Más han promovido la memoria como una forma de resistencia.

¿Qué se pretende con este informe?

En Granada hay un ejercicio de memoria muy valioso, sobre todo alrededor del Salón del Nunca Más, pero no hay un relato común. Este no es un informe de verdad histórica, es un relato de memoria histórica que tiene como fuente principal la voz de los granadinos.

Además, el informe busca que el caso de Granada sea reconocido a nivel nacional e internacional, pues es un municipio que resistió y dignificó la memoria de las víctimas.