Por Elizabeth Otálvaro Vélez
Fotografía: Alejandro Buriticá

En la actualidad son múltiples los restos para la ciudad en materia del trabajo con las víctimas del conflicto armado

Como una suerte de pare en el camino, el mes de junio que transcurre permite tres miradas al tema de víctimas tanto a escala municipal como nacional: el cumpleaños número cinco de la entrada en vigencia de la Ley 1448, mejor conocida como “Ley de Víctimas y Restitución de Tierras”, sugiere un balance del pasado; la aprobación del Plan de Desarrollo de Medellín y la asignación de un presupuesto total de 157 mil millones para temas de paz y víctimas, aterriza lo posible en el presente; y la firma del acuerdo del cese bilateral del fuego entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc, permite pensar en lo que vendrá.

Pararse en el presente admite la combinación de las tres miradas y Medellín, como la capital del departamento con mayor número de víctimas registradas –1´441.385 personas en Antioquia–, sirve de ejemplo para abordar algunos temas trascendentales sobre víctimas; de esta manera, su Plan de Desarrollo 2016-2019 se convierte en el instrumento para analizar la continuidad de lo que se ha hecho, lo que se prioriza y lo que implicará seguir pensando en la reparación integral y la construcción de paz.

Las víctimas y la paz en el Plan de Desarrollo “Medellín cuenta con vos”
“Medellín cuenta con vos para construir la paz en el territorio” es el nombre que el alcalde Federico Gutiérrez y su equipo le asignaron al apartado del Plan de Desarrollo que se refiere a la protección de los Derechos Humanos, al posacuerdo y las garantías de no repetición, a la memoria para la construcción de la paz, a la ciudadanía activa por la paz y, finalmente, a la atención a víctimas del conflicto armado.

Aunque dentro de la hoja de ruta de Medellín se deja claro que el Estado tiene una deuda histórica con las víctimas y que, por tanto, el municipio “debe seguir trabajando por lograr una reparación integral que cumpla con la garantía de todos los derechos humanos de la víctimas”, hay voces que se han levantado para contradecir lo propuesto y cuestionar las intenciones de la actual administración; entre esas, la de la Corporación Jurídica Libertad, que en palabras de su directora, Adriana Arboleda, dice que “esta alcaldía no tiene en el centro a las víctimas, ahí hay funcionarios interesados, pero en definitiva no hay un interés real”.

Para reafirmar su sentencia, la directora de la Corporación dedicada a la defensa de los Derechos Humanos y representación de víctimas, señala que en el plan presentado por la Alcaldía “los indicadores cualitativos no muestran realmente si estamos avanzando en la materialización efectiva de los derechos y en las garantías de no repetición”, agrega que “el presupuesto es muy precario, pero no solo es el problema de presupuesto sino que no hay unas herramientas para la participación de las víctimas y los indicadores están lejos de garantizar cambios efectivos”.

Y se habla de la precariedad del presupuesto, pues contrariamente a la voluntad política expresada por el alcalde en los medios y en escenarios de diálogo ciudadano, como la Mesa Voces por la Paz, los temas de víctimas y paz, que se reparten entre programas de la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, el Museo Casa de la Memoria, la Secretaría de Participación Ciudadana, la Secretaría de Educación, la Secretaría de Desarrollo Económico, la Secretaría de Juventud y la Secretaría de Mujeres, solo representan el 0.98% del presupuesto total, mientras los temas de seguridad cuentan con el 4.57% y los de movilidad con un 11. 6%, de un total de 16 billones de pesos.

Pese a esto, Luz Patricia Correa, coordinadora de la Unidad de Víctimas de Medellín, señala un avance significativo: la vinculación del tema de víctimas en el Plan de Desarrollo, pues como bien apunta, la Ley de Víctimas estuvo en diseño por lo menos dos años mientras se creó una nueva institucionalidad, así que su implementación real es responsabilidad de las nuevas administraciones. Ella, además, recuerda que “en la anterior administración había mucho compromiso con este tema, de ahí que se creó el comité de posconflicto, pero no teníamos en el Plan de Desarrollo ningún instrumento para hacer lo que hicimos; hoy, todos esos temas son del Plan de Desarrollo, eso es una diferencia muy importante; cuando revisamos cuántas acciones le están apostando a este tema, son muchísimo más, en la otra administración nos movíamos al son de la discusión política con lo que estaba pasando en La Habana”.

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Caso: desaparición forzada

La preocupación por el cambio de prioridades en razón del cambio de administración, atraviesa la pregunta por la continuidad de procesos que se han convertido en hitos de memoria y reconciliación en la ciudad: entre ellos es posible destacar el funcionamiento de la Casa Museo de la Memoria, la construcción de un informe sobre los acontecimientos de violencia ocurridos en Medellín –el “Basta ya Medellín”– y finalmente la búsqueda de desaparecidos en La Escombrera.

Este último caso es ilustrativo en el cometido de evidenciar las posiciones divergentes a lo postulado por la actual administración municipal. Adriana Arboleda aclara que no se trata solo de La Escombrera, los familiares de los desaparecidos exigen un plan búsqueda en toda la ciudad: “Esto es absurdo. Incluso otras víctimas que no son de la Comuna 13 se han quejado y con justa razón, porque usted no puede construir un plan de búsqueda municipal poniendo todo su énfasis en un lugar”.

Volviendo al Plan de Desarrollo y al caso de las desapariciones forzadas, la directora de la Corporación Jurídica Libertad sugiere que lo que propone esta administración es producto de una improvisación. Por ejemplo, frente al programa “Reconocimiento y dignificación humana en el Cementerio Jardín Universal y otros sitios de la ciudad” que pretende la identificación de los restos de 400 personas, dice que “no está claro si lo que se va a hacer es solo en los cementerios, aunque pareciera que solo se fuera a hacer en el cementerio Universal, lo es que es totalmente absurdo. ¡Claro que los cementerios son importantes!, pero hay que intervenirlos en la lógica de un plan integral de búsqueda; yo para qué saco esos huesos, con qué los voy a comparar, cómo voy a saber a quién corresponden los restos humanos si no he hecho una investigación, si no tengo perfiles genéticos, si ni siquiera sé cuántas son las desapariciones forzadas en Medellín en las últimas décadas”.

Retos para la paz desde el municipio
Lo cierto es que tanto en el caso de las desapariciones forzadas, como en de las garantías de no repetición o en la misma construcción de una cultura de paz hay muchos retos a los cuáles responder. En la reflexión hecha por Correa del balance de la Ley 1448 y de lo que establece el Plan de Desarrollo “Medellín cuenta con vos”, quedan claros algunos de ellos, los cuales deberá asumir la institucionalidad en los cinco años restantes de la vigencia de Ley de Víctimas y, por supuesto, en las nuevas disposiciones alrededor de la firma del acuerdo entre el gobierno y las Farc; entre ellos: la cualificación del registro de víctimas, la prevención y el trabajo frente a la cultura de paz y la puesta en marcha de proyectos de desarrollo que vinculen a la población desplazada en sus nuevos lugares de establecimiento, retos que propendan por la reconciliación.

La coordinadora de la Unidad de Víctimas de Medellín concluye que el reto más importante en Colombia está en no permitir que el registro de víctimas aumente, ni siquiera por otros factores que emerjan después de cesar el conflicto armado. Para ella, el balance es positivo en comparación a la reparación de víctimas en otros países con procesos de transición; pese a esto, reconoce que si se tiene cuenta el número de víctimas registradas, el avance de la Ley 1448 es lento. “Seguramente habrá muchos cambios importantes, sobre todo en función de poder materializar los acuerdos de La Habana”, dice Correa.